martes, 17 de mayo de 2011

Y llegó San Isidro... Mucho descaste y un gran Iván Fandiño.

Regreso de mis mini vacaciones taurinas para poner sobre la mesa lo acontecido esta última semana en el orbe taurino. En estos días de Mayo, la feria de San Isidro copa la total actualidad taurina. Con la todavía resaca del Manzanarazo resonando en mi mente, he seguido atentamente lo ocurrido en esta primera parte del serial de espectáculos taurinos acaecidos en el coso de la calle de Alcalá. Y si quieren que les sea sincero, han ocurrido pocas cosas. He visto algunos toros que han servido -pocos-, otros mansos -la mayoría- y casi todos con falta de casta. Para casta casta, el primero del encierro que lidió José Escolar y que cayó en manos de Rafaelillo. El toro fue complicado, correoso y difícil. Pero encastado. Discrepo de la ovación que el público le dedicó en el arrastre. Ese toro no era de ovación. Tenía raza, sí. Pero para coger al torero, no para embestir largo y por abajo. Mal Madrid ahí. Y mal Madrid en muchas cosas. Se ha ovacionado en el arrastre a toros que no lo merecían. Se ha abroncado a toreros que no lo merecían. Siempre lo digo. Al torero hay que valorarlo según el enemigo que tenga delante. Ha habido toreros que han estado bién y que no se les ha hecho ni caso, como a Miguel Abellán. Han salido toros al ruedo venteño que no tenían que haber salido, dada su escasa presentación, como tres de los seis que lidió Núñez del Cubillo (2º, 3º y 5º), curiosamente los dos que le tocaron a Morante. Por cierto, petardo de corrida. Hubo tres toros aceptables de Juan Pedro. Sobretodo el cuarto, que destacó por su nobleza y recorrido. Dos noblotes pero muy justitos de El Valdefresno (1º y 5º), uno de El Vellosino (el 6º), y el 1º y 2º de El Montecillo. Lo demás ha sido mansedumbre a raudales, sosería y poca casta. Y repito. Se ha ovacionado a toros que no lo merecían. En el plano torerista, he de destacar dos nombres por encima de todos. Bueno uno. Iván Fandiño. El torero vasco estuvo sensacional toda la tarde. Toreó despacio, reposado, asentado, largo, templado... Al primero de su lote, el mejor toro de El Montecillo, le enjaretó una faena medida y exacta. Pena que el toro no durara un poco más. Podría haber sido de dos orejas. Me gustó mucho Fandiño y desde ahora pienso seguirle los pasos. Torea muy bién. A ver si le ponen con corridas menos duras porque si no no le vamos a ver. El otro torero es Uceda Leal. Cortó una oreja al buen cuarto de Juan Pedro Domecq. Toreó despacísimo. El toro era noblote y con poco le valió. Aún así no me convenció demasiado. Le veo un torero desangelado, sin nervio, casi apático en algunos momentos. Si a ese buen toro él le hubiera puesto algo de garra, el premio podría haber sido mayor. Pero cada uno es como es. Me queda la sensación de que este torero podría estar mucho más arriba de lo que está. Y si no lo está es por su culpa. Termino haciendo una crítica a la afición de Madrid. Al abonado. No puede ser que el abonado no vaya nada más que a las corridas de relumbrón y no vaya a la de los toreros de segunda fila. Eso no es de ser buen aficionado. Para opinar hay que ver todo. Si vas sólo a las corridas de expectación corres el riesgo de que se torne en decepción. Y lo que no se puede bajo ningún concepto es confundir los términos y dar como buenos a toros que son mansos y peligrosos y chillar a toreros que no han podido hacer nada más con lo que han tenido delante.¡Qué quisieran ellos! Y tampoco es lícito ningunear a toreros que están pegando muletazos de mérito sin nisiquiera dedicarle un olé y aclamar medios muletazos de toreros que por así decirlo “les caen mejor”. Esa discriminación de Madrid nunca me ha gustado. Porque todo lo que hace o dice el siete no siempre es lo correcto, por mucho que se crean que son el ombligo del mundo taurino. De la novillada de ayer, que fue muy complicada y exigente destaco el buen sexto novillo y la labor de Víctor Barrio, que estuvo francamente bien. Jimenez Fortes fue cogido por su primero y a Manuel Larios le vi algo verde para ir a Madrid. No me extraña que digan que si no hay novilladas, que si no hay novilleros, etc. La novillada de ayer de Flor de Jara fue toda una corrida de toros. Por grande y por difícil. Y encima de Santa Coloma. Con dos novilladas de estas te cargas medio escalafón de novilleros. Es, cuanto menos, para pensarlo.

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