sábado, 21 de mayo de 2011

Madrid, 10ª y 11ª de Feria. Sube el precio del toreo: caro, caro...

Parece que la feria definitivamente está remontando el vuelo. Llegaron las figuras y el enfermo cambió de color. Pasó del amarillo cadáver al rosado hermosón. Aparte de los triunfos de Uceda Leal y Fandiño a principios de semana y de la buena disposición de Abellán y Zaldivar, las figuras han vuelto a reivindicar su sitio en el escalafón. Primero fue Talavante el martes, al desorejar a un buen toro de El Ventorrillo. Manzanares y su duende nos cautivaron el miércoles con una puerta grande apoteósica. Y ayer jueves y hoy viernes hemos tenido la oportunidad de disfrutar de lo lindo con dos corridas que sin ser extraordinarias en su conjunto, han tenido toros que se han dejado y mucho. El jueves se lidió una corrida con cuatro toros de El Puerto de San Lorenzo, primero y cuarto buenos -sobretodo este último-, un sobrero de Salvador Domecq (3º) muy descastado y uno de Carmen Segovia (5º) muy malo. Para mí bién presentados en lineas generales. El Cid arrancó la única oreja de la tarde a base de tesón y sobretodo de orgullo. Cuando ya nadie esperábamos nada de él en esta feria, se echó la muleta a su mano, la izquierda y dió tres tandas de naturales sobervios. ¡Qué fácil es poner a todo el mundo de acuerdo! Volvió por un momento El Cid que nos gusta y que tantas veces ha conquistado Madrid. Oreja, para mi, justa. Y lo mejor de todo; la prueba irrefutable de que este torero todavía tiene cosas que decir. Perera se jugó la vida, literalmente, con el segundo, un toro peligroso y nada claro al que Miguel Angel le sacó lo poco que tenía a base de ponerse y de no moverse ni un ápice. Pasé mucho miedo. El toro, avisado de dónde estaba el torero en todo momento, se lo echó a los lomos en una voltereta feísima que nos hizo presagiar lo peor. Con el quinto no tuvo opciones y Madrid supo reconocer su esfuerzo premiándole con sendas ovaciones que a mí personalmente me dejaron en paz y con la sensación de que el peligro había pasado. Últimamente lo paso mal viendo a este torero, y eso que es de los que me gusta. Los toros le van a seguir dando leña, sin duda. Pero es su concepto del toreo y hay que respetarlo. Luque se estrelló con un lote imposible y no pudo hacer nada. Hoy viernes venía Manzanares. Y Talavante. Choque de triunfadores. Y Castella por si nos aburríamos. Y no nos aburrimos. Sobretodo en la segunda parte de la corrida. Se lidiaron cuatro toros de Parladé, con un primero malo y un segundo soso. El tercero fue bueno pero duró muy poco. El sexto encastado y con fondo y duración. Completaban la corrida que en un inicio era de Garcigrande pero que se rechazó completa, dos toros de Juan Pedro Domecq, que a la postre es lo mismo que lo de Parladé, pues comparten mismo propietario. El cuarto se movió pero sin clase y el quinto fue bravo y con clase. Ante tal material los espadas estuvieron cumbres. Sin suerte en los tres primeros toros, cortaron una oreja Castella y Manzanares en el cuarto y en el quinto y Talavante se conformó con una clamorosa vuelta al ruedo pedida por toda la plaza. Castella justificó su condición de figura arrancando una oreja de mérito a un toro que no era fácil. Bajo ningún concepto se quería quedar atrás. Y no lo hizo. Bién el francés esta tarde en Madrid. Con mucha disposición. Manzanares le hizo una buena faena, aunque con altibajos, al quinto. Toreó como sólo el sabe. Con ese gusto y empaque que nos vuelve locos. Y con la sensación de que ahora mismo cualquier toro le vale. Mató de un estoconazo y recibió una oreja. Pero sin duda lo mejor estaba por venir. Con un toro por el que nadie apostaba un duro al comienzo de la faena, Talavante lo fue encelando y sobando hasta que el toro dijo basta y rompió a embestir. El toro se movió con raza y duró tanto que a Alejandro le dió tiempo de pegar muletazos muy buenos y muy de verdad con la izquierda y por abajo. Eso es lo que yo le exigia en la crónica del pasado martes cuando cortó las dos orejas de un toro relativamente fácil. Lo que yo quiero es que este torero esté así sempre, con esas ganas, con esa garra. Y no desangelado y deprimido como algunas veces le veo. Si duda esa actitud de dejadez es la que le ha quitado de muchos triunfos con el toro medio. Y con ese toro es con el que hay que demostrar que puedes hacer faena. El sexto de hoy no era tan bueno como el del otro día. Y le ha hecho faena porque ha estado seguro y con mucha moral. Está en un gran momento y se nota. Ojalá le dure porque este tío sabe torear. Tras una voltereta fea y espeluznate en la que pensé que iba herido, metió la pata e intentó matar a recibir y pinchó. Tenía las dos orejas en el bolsillo. Maldita sea. Lo importante es la sensación de torero maduro y capaz que ha mostrado hoy. Me acuerdo en estos momentos de Juan Pedro, al que sus toros le han hecho el mejor de los homenajes que le podían hacer: embestir en Madrid. De momento se lleva la palma como mejores ejemplares lidiados en lo que va de feria, entre el dia 13 y hoy 20. Bravo por Juan Pedro y por su hijo. Tres del otro día y cuatro hoy (dos de Parladé, que lleva el hijo, y dos con el hierro de Juan Pedro) han embestido. Siete en total. Cinco de Juan Pedro. Seguro que allí donde esté estará muy orgulloso de sus productos. Yo no he podido dejar de emocionarme al ver cómo embestían esos toros. Y seguro que como yo, le ha pasado a mucha gente. ¡Bravo Juan Pedro!

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