jueves, 27 de diciembre de 2018

Esa extraña fuerza

La Tauromaquia es fuerte. Muy fuerte. Dura como el acero. Indestructible. Inacabable por mucho que a muchos de esos que nos insultan con esa burda y malsonante palabra de "asesinos" les joda. Imperecedera por mucho que a muchos de los que están dentro de este mundo del toro y destruyen más que construyen les joda. Con la Tauromaquia no ha podido nadie porque el único dueño que tiene es el pueblo y el pueblo es el poder. Y ya se sabe que quien tiene el poder tiene la fuerza.

En las recientes elecciones andaluzas el mundo del toro ha dado un fuerte toque de atención. Ha dicho basta. Hasta aquí. Conmigo no se juega. Les ha recordado a toda esta nueva generación de buenistas y relativistas morales que hay cosas que no se tocan. Que hay tradiciones con las que no se puede jugar. Y ha tenido que irrumpir un nuevo partido político que defienda a capa y espada a la Tauromaquia porque todos los demás se han avergonzado de ella. De repente los que siempre han sido antis ahora lo son más, los que fueron tibios ahora son fríos y los que un día la defendieron de palabra y con su presencia en las plazas ahora sufren amnesia y quieren olvidar esa mala etapa de sus vidas. Todo un contrasentido de una hipocresía supina. Pero al fin y al cabo los votos son los votos, y recientemente se ha demostrado que los aficionados a los toros y por ende a otras tradiciones muy arraigadas en nuestro país, se cuentan por millares y tienen la capacidad de hacer cambiar el rumbo antitodo de esta nueva prole que se cree en el derecho de decirnos cómo tenemos que vivir y a qué espectáculos podemos o no asistir basándose en una nueva moral impostada y manipuladora.
A lo largo de la historia, la Tauromaquia ha sufrido muchos y muy variados ataques. Ha sido prohibida por Papas y Reyes. Atacada por políticos de toda índole. Relegada a un segundo plano en favor de otros espectáculos de inferior calidad por muchos de aquellos gobernantes a los que ahora hacen despectiva referencia las nuevas generaciones en base a que un día fueron los adalides y ultradefensores de la Fiesta Nacional. La Tauromaquia ha sido maltratada por los de fuera y también por los propios taurinos, matiz este que tampoco se nos debe olvidar.
La Fiesta nunca ha muerto definitivamente ni lo va a hacer en un corto espacio de tiempo. Ni siquiera a medio o largo plazo. Estoy convencido de ello. Ha sufrido crisis. Sí. Y las seguirá sufriendo. Habrá menos espectáculos cada vez. Sí. Irá cada vez menos público a las plazas. Seguramente. Pero no morirá. Y no lo hará porque la Tauromaquia tiene una fuerza interior enorme. La fuerza del pueblo que admira y se emociona con este espectáculo. Una fuerza que seguirá venciendo a todo tipo de ataque. Una fuerza que no es otra que su propia autenticidad. Su verdad. Su emoción indescriptible. La fuerza de un espectáculo en el que unos hombres locos que hacen del miedo su mejor amigo y aliado se juegan la vida cada tarde en una plaza de toros ante una bestia salvaje. Contra eso no hay nada. Contra eso no hay político ni generación que pueda. Contra la extraña fuerza de la Tauromaquia todo intento es inútil. Ahí está la historia. Yo al menos estoy convencido de que no la veré morir. Y tú deberías pensar lo mismo.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Sólo sé que no se nada

Tengo la sensación de que cada vez sé menos de todo y, sobre todo, de toros. Y tengo esa sensación porque siento que aparte de que nunca hay una única opinión para explicar las cosas, tampoco se suele respetar las demás opiniones sean acertadas o no. Hoy en día vivimos en la dictadura de la imposición y, por lo tanto, todo el mundo no sólo intenta llevar la razón en todo lo que dice o hace, sino que también se intenta aniquilar de un plumazo y sin argumentos válidos lo que piense el otro porque sencillamente no es lo que piensas tú. Pero vayamos al tema que me ocupa. Vayamos a dudar y a plantearnos unas pocas preguntas. Y es que aquel que no duda no es nadie.
¿Qué es eso que algunos llaman el toro-toro? ¿Es ese animal enorme y mastodóntico que le gusta a ciertos aficionados considerados toristas, o por el contrario es ese animal serio y armónico pero sin estridencias? ¿Qué es un toro bravo? ¿Es ese toro con genio que para algunos no se debe dejar torear fácilmente y debe de ponerlo muy difícil a los toreros o es ese animal con movilidad, raza, recorrido, repetición, duración y que humilla incansablemente hasta el final de su lidia? ¿Qué es el toro serio? ¿Aquel ancho de sienes con los pitones muy grandes y astifinos o ese toro no exagerado de pitones y cornidelantero que asusta con sólo verlo? ¿O quizás ese otro de mirada y expresión agresiva aunque esté mocho de pitones? ¿Acaso sólo mata el toro grande, bravo y astifino? ¿Qué ganadero tiene más mérito? ¿El que lidia doce o quince corridas de toros al año y por estadística tiene más probabilidad de tener triunfos y pegar petardos o el que lidia dos corridas y por lógica tiene menos probabilidades de éxito y fracaso? ¿Acaso a ambos ganaderos no les cuesta dinero y mucho sacrificio criar sus toros? ¿Quién es una figura del toreo? ¿Aquel que llena una plaza de toros a su reclamo, cobra más que los demás toreros y mata las ganaderías más comerciales o de un aparente fácil éxito o ese otro torero que tarde tras tarde se enfrenta a los toros más exigentes y difíciles de la cabaña brava, esos de ganaderías consideradas duras o de encastes minoritarios? ¿Acaso cualquiera de esos dos tipos de toreros no están cosidos a cornadas?
¿Qué toreo es mejor, el de llevar la embestida o el de ponerse bonito y acompañar? ¿Acaso en uno u otro no se arriesga y lo que pasa por allí es tan sólo viento y no un animal que en una décima de segundo puede arrancarte la cabeza de un pitonazo? ¿Quiénes son los mejores empresarios? ¿Aquellos que llevan muchas plazas o los que llevan pocas? ¿Acaso unos y otros no arriesgan su dinero y pierden la mayoría de las veces merced al altísimo coste de producción de un espectáculo taurino? ¿Quién es mejor apoderado? ¿El independiente que lucha con su torero contra viento y marea o el ligado a una o varias casas empresariales? ¿Acaso los unos y los otros no luchan por sus intereses y los de sus representados? ¿A quién hay que considerar mejor aficionado? ¿A aquel que se considera muy exigente y que nunca se contenta con nada de lo que pasa en el ruedo o a aquel que tiene sentido común, sabe ver el toro y valora siempre al torero en función del toro que tiene delante? ¿Por qué el criterio de un aficionado supuestamente entendido tiene que ser más importante que el de un espectador que sabe lo justo de toros pero que al igual que el otro ha pagado su entrada y tiene derecho a opinar desde el respeto lo que le dé la gana? ¿Quién es mejor que quién en este lío? ¿Quién lleva siempre la razón? ¿Quién o quienes se han parado alguna vez a preguntarse todas estas cosas de las que la mayoría no tienen una única y verdadera respuesta?
Cada día dudo más de todo en este mundo del toro. Cada día me pregunto más cosas y no soy capaz de responder ni a la mitad de todas las dudas que me acechan. Y es que nunca hay una única respuesta a cualquier pregunta y, por tanto, nunca hay una única opinión válida y verdadera en cualquier aspecto de la vida y mucho menos en este mundo tan a veces confuso y hostil como es el de la Tauromaquia. Y es que de lo único que no dudo es de que dudo y lo único que sé es que no se nada. Y por el momento no veo atisbos de mejora

Los culpables

Hace unos días saltaba la noticia de que la ganadería de El Conde de la Maza se iba al matadero. Su representante decidía prescindir de su vacada por diversos motivos, aunque no revelaba a las claras las razones de tal drástica decisión. Si bien es cierto que la ganadería del Conde no ha desaparecido por completo -ya que ha vendido una punta de ganado a un ex-novillero sevillano-, pronto la voz de la justicia taurina comenzó a buscar culpables de la repentina desaparición de tan insigne ganadería.

Los aficionados tenemos la creencia errónea de que siempre estamos en posesión de la verdad y más hoy en día que tenemos el gran altavoz que nos proporcionan las redes sociales. En este caso en concreto, desde que saltó dicha noticia se pudo leer de todo a través de dichas redes. Me pareció curioso cómo un gran número de aficionados -por no decir la mayoría-, coincidían en culpar de la desaparición de la ganadería de El Conde de la Maza a tres factores fundamentales para ellos. En este órden además: el famoso sistema taurino, las figuras del toreo y los empresarios. Sin más. Pocos fueron los cautos que decidieron esperar a que al menos el Conde hablara y expusiera sus razones. Estaba claro quiénes eran los culpables. Y a esos se les ha dado hasta en el carnet de identidad.
Días después, Leopoldo Maza dijo en una entrevista que una de las razones principales por la que la familia se deshacía de la ganadería y de la finca era por desavenencias entre la citada familia Maza Ibarra en cuanto a la organización del patrimonio familiar. Pero además y, sin ser muy concreto, dejaba entrever que a parte de esa causa había alguna más ya de índole estrictamente taurina. Y es que en los últimos años la ganadería de El Conde de la Maza ha lidiado muy poco, desapareciendo de la gran mayoría de las ferias españolas y francesas y sin el respaldo ya de al menos Sevilla y Madrid, dos puntales que durante años sostuvieron la ilusión de la familia Maza Ibarra por su ganadería.
¿Quién o quiénes son los culpables de la desaparición de esta ganadería? En este respecto hay que ser cauto y no lanzar la piedra al primero que pase. ¿Es como dicen muchos el famoso y para mí inexistente sistema que según ellos arrincona a las ganaderías que no son de encaste Domecq? No lo creo. Y si no ahí están ganaderías de encastes minoritarios tan míticas como Victorino Martín, Adolfo Martín, Miura o La Quinta que están lidiando sus camadas enteras año tras año y con muchos éxitos. Es más, hay ganaderías de procedencia Domecq que lidian tan poco o menos que la del Conde de la Maza y que sin embargo se mantienen a flote gracias a la gran afición de sus dueños. ¿Son los responsables las figuras del toreo que no se apuntan a determinadas ganaderías? En este sentido no nos engañemos. La mayoría de las figuras del toreo se apuntan a las ganaderías que creen que van a embestir y que van a propiciarles el triunfo. Y no siempre son ganaderías demasiado nobles como algunos piensan. Ahí están Garcigrande, Núñez del Cuvillo o Victoriano del Río que año tras año echan toros bravos de verdad. ¿Los empresarios? Estos simplemente se limitan a intentar hacer carteles atractivos para que el público llene las plazas y si una ganadería no está en buen momento no la llevan, ni siquiera para que la maten tres toreros de segunda o tercera fila, los cuales muchas veces hasta también ponen pegas a determinadas ganaderías que están en mal momento. Se da la paradoja además que exceptuando dos o tres plazas de muy marcado acento torista, una corrida con una ganadería en mal momento y tres toreros de mitad del escalafón para abajo es ruina segura. ¿El culpable? El público que no le interesa este tipo de espectáculo. Y digo bien: el público. Porque al aficionado sí que le interesa este tipo de espectáculo. Pero queramos o no queramos, nos guste a no, los aficionados somos minoría y dependemos del público mayoritario que es el que llena las plazas y por tanto los empresarios no están por la labor de arruinarse económicamente.
Hoy en día se le exige mucho a una ganadería para que funcione. Actualmente una ganadería tiene que estar en buen momento para que lidie su camada entera. Y la del Conde de la Maza por desgracia llevaba mucho tiempo en horas bajas. Hacía mucho tiempo que nadie la pedía, ni siquiera para hacer una gesta. Un toro malo de aviesas intenciones tiene su interés y su lidia. Evidentemente. Y logra que la gente no se aburra en el tendido si abajo hay un torero que sabe darle esa lidia que el toro le pide. (A mí por ejemplo me encanta ese tipo de lidia añeja sobre los pies a un toro peligroso). Pero seamos sinceros. Lo del Conde ya no llegaba ni a eso salvo en muy contadas excepciones en los últimos tiempos. Y entre su mal juego en la plaza y las propias desavencias familiares, se ha llegado al fatal desenlace que todos conocemos. Muchos pensaréis que hay ganaderías, algunas de procedencia Domecq, que están en la misma situación que la del Conde de la Maza y no desaparecen. Cierto. Pero como ya he dicho antes, eso ya es una decisión del ganadero en cuestión, respaldada evidentemente por otros factores como su afición, su situación familiar o su riqueza económica. Porque lo que es evidente es que si alguno de estos factores o incluso todos ellos fallan, se acabó lo que se daba. Y se acabó de verdad.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

La maldición de Iván Fandiño

Durante este tiempo transcurrido desde la trágica muerte de Iván Fandiño en Aire Sur L'Adour el pasado 17 de junio de 2017, muchas han sido las premoniciones y casualidades fatales que he descubierto en torno a la muerte del torero de Orduña. Señales y presagios que, a pesar de haberlas tomado inicialmente con el lógico escepticismo, no han hecho sino acrecentar la idea de que Iván Fandiño estaba predestinado a morir en la plaza bajo las astas de un toro. He aquí la relación de presagios de muerte que rodearon su desgraciado final y el evidente misterio que sigue envolviendo su trágica desaparición.


Entre las muertes de "Paquirri" y "Yiyo" pasaron 11 meses. Entre las de Víctor Barrio e Iván Fandiño también 11 meses.

"Paquirri" muere en el traslado de Pozoblanco a Córdoba. Iván Fandiño muere en el traslado de Aire Sur L' Adour a Mont de Marsan.

La última actuación de "El Yiyo" en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid fue el 29 de mayo de 1985. La última actuación de Víctor Barrio en esa misma plaza de Madrid fue el 29 de mayo de 2016. La última actuación de Iván Fandiño en dicha plaza de Las Ventas de Madrid también fue el 29 de mayo, pero de 2017. Víctor Barrio le brinda ese mismo 29 de mayo en Madrid un toro a la Infanta Elena. Justo un año después, en ese mismo día 29, Fandiño se lo brinda al Rey Emérito don Juan Carlos I.

Iván Fandiño nace en otro 29, esta vez de septiembre de 1980.

Precisamente, la última corrida que mata Víctor Barrio en Madrid (29 mayo de 2016) es de la ganadería de Baltasar Ibán, la ganadería del toro que 11 meses después matará a Iván Fandiño.

Víctor Barrio debutaba como matador de toros en Teruel la tarde que murió. Iván Fandiño debutaba como matador de toros en Aire Sur L'Adour la tarde que murió. Víctor Barrio muere un sábado y en el tercer toro. Fandiño también muere un sábado y en el tercer toro.

El 18 de agosto de 2015 estaban anunciados en un mano a mano en Cantalejo (Segovia) Iván Fandiño y Víctor Barrio con una corrida de Valdefresno. Lamentablemente Fandiño no pudo actuar porque sufrió una cornada el día anterior y su puesto fue ocupado por Morenito de Aranda, que casualmente compartió cartel con Víctor Barrio la tarde de su muerte en Teruel en 2016.

Testigo confirmación alternativa Fandiño en Madrid: Morenito de Aranda (sustituto de Fandiño en el cartel de Cantalejo 18 agosto 2015 y presente en la muerte de Víctor Barrio en Teruel).


Aire Sur L'Adour: Adour en francés significa “destino”.

El mismo toro que mata a Iván Fandiño hiere tres minutos después aunque de menos gravedad al subalterno Pedro Vicente Roldán. Los dos acaban en la Enfermería por el mismo toro.

Traje teja y oro con el que muere Fandiño. Un ayuda que iba con Fandiño y que estuvo con Javier Conde le dice que se haga uno porque da buen bajío, ya que Conde había tenido suerte con él y Manzanares padre había abierto la puerta grande de Las Ventas, cosa que a Fandiño se le resistía desde hacía mucho tiempo y siempre estaba a punto de abrirla. Se lo hizo y el día que lo estrenó en Madrid salió por la puerta grande. Con ese mismo color de vestido va a morir en Aire Sur L'Adour. Paradojas del destino. El traje favorito y que más suerte le daba a Víctor Barrio era un grana y oro, el cual fue con el que fue a morir en Teruel.

El subalterno Pedro Martín "Jarocho" iba a las órdenes de Víctor Barrio la tarde en la que este muere en Teruel. "Jarocho" también iba a las órdenes de Iván Fandiño la reciente tarde en la que ha muerto el torero de Orduña. Por si fuera poco, el mismo "Jarocho" recogió del suelo y llevó a la enfermería tanto a Víctor Barrio en Teruel como a Iván Fandiño en Aire Sur L'Adour.

Baltasar IBÁN----IVÁN Fandiño.

El suegro de Iván Fandiño, don Luis Fernando García, es el dueño de la ganadería “Campo Bravo” en Riobamba, Ecuador, su país de origen. La formó hace años con vacas y sementales precisamente de la ganadería española de Baltasar Ibán, a cuya ganadería pertenecía "Provechito", el toro que acabó con la vida de su yerno.

"Provechito" le tocó en suerte a Juan del Álamo. Ni siquiera le correspondía a Fandiño. Este murió al hacerle un quite al toro de su compañero.

Al día siguiente de la muerte de Víctor Barrio en Teruel, Fandiño toreó en Pamplona con Juan del Álamo y Curro Díaz. Curro Díaz compartía cartel con Víctor Barrio la tarde en la que este murió. Juan del Álamo compartía cartel con Fandiño la tarde en la que éste muere. De hecho, como digo, a Fandiño le mata un toro que le había correspondido en suerte a Del Álamo. Fandiño y Del Álamo iban a torear juntos de nuevo en la próxima Aste Nagusia de Bilbao 2017. En Bilbao, la tierra de Fandiño.

Juan del Álamo le dedicó su reciente salida a hombros de Las Ventas a Víctor Barrio en unas sentidas palabras a los micrófonos del canal Toros tras la corrida. Del Álamo y Víctor Barrio habían mantenido una rivalidad muy fuerte en los ruedos hace años. Del Álamo está la tarde en la que muere Fandiño. De hecho, y repito, a éste le mata el toro de Del Álamo.

David Mora y Fandiño mantuvieron también una rivalidad muy fuerte durante tres temporadas hace unos años. David Mora sufre un cornalón hace tres años en Las Ventas y a punto está de perder la vida. A Iván Fandiño le ha matado un toro de otro cornalón.

Más datos sobre la rivalidad David Mora-Iván Fandiño y Juan del Álamo-Víctor Barrio. Fandiño sale a hombros de la plaza de toros de Las Ventas en 2014, David Mora en 2016 y Juan del Álamo en 2017. Fandiño sale un 13 de mayo. El 13...

Iván Fandiño le dice a su compañero Thomas Dufau cuando le están llevando a la enfermería de la plaza de toros de Aire Sur L'Adour: “daos prisa porque me estoy muriendo”.

La última publicación de Iván Fandiño en su cuenta de Twitter el pasado 8 de abril es una enorme foto de un crespón negro en memoria del niño Adrián. En el texto que lo acompaña dice: "Dep Adrián. Las personas pasan. Los hechos permanecen, y tu fuerza es un ejemplo".

Iván Fandiño vestía habitualmente de amarillo y oro, un color que tradicionalmente está gafado en el mundo taurino y del que los toreros rehúyen como alma que lleva el diablo. Pero él era un torero valiente que no creía demasiado en las supersticiones.


Iván Fandiño tenía la finca y vivía en Fuentelencina, un pequeño pueblo de la provincia de Guadalajara. Manolete veraneaba en Fuentelencina con su novia Lupe Sino, que era de un pueblo muy cerquita a este. A Manolete le mata un toro. A Fandiño también.

Frases de Iván Fandiño en la prensa y en su perfil de Twitter:
"Tengo una cita con la historia y si he de morir moriré libre".
"No quiero irme nunca. Me quedaré en el recuerdo, en la mente, en el alma, donde nunca muera".
"El rincón de mis sueños. Aquí paso las horas. No sé lo que me deparará el futuro, pero sí sé lo que yo le entregaré". (Texto sobre una foto de la recién terminada plaza de tientas de su finca).
"A veces no hay próxima vez ni segundas oportunidades. A veces es ahora o nunca".

A un amigo fallecido: "Descansa en paz Nacho. Qué dura e injusta esta vida cuando quiere. Te fuiste haciendo lo que te gustaba, pero era pronto, demasiado pronto".

"El dolor es temporal. El orgullo y el honor son para siempre. Objetivo: Zaragoza. Gracias por los mensajes de apoyo".

A Víctor Barrio tras conocer la noticia de su muerte: "Hoy uno de los nuestros ha entregado su vida al Toreo. Víctor, hoy te lloramos, pero ya estás con los grandes en el cielo. DEP TORERO!"

Brindis de Iván Fandiño en su segundo toro al padre de Víctor Barrio, que se encontraba en el tendido de Valdemorillo el 4 de febrero de este año: "padre de torero grande, este brindis es mierda porque seguramente no calme nada, pero lo que sí que te puedo decir es que tu hijo ha dignificado nuestra profesión y gracias a él nosotros nos podemos sentir muy orgullosos y defendidos en todo el mundo. Ahora, también es cierta una cosa: él está en la gloria, donde la mayoría de los mortales sueñan estar y nunca jamás podrán estar. Va por ti". (Antes, y, al entrar a matar a su primer toro, éste le coge por el vientre de muy fea manera. Por suerte no ocurre nada).

"Y ahora, ya no tengo dudas, no tengo remordimientos, ni sombras, ni pecado. Sólo tengo unas ganas enormes de volver a empezar... Y de ser feliz”.

"Las heridas no significan que perdiste. Significan que te importaba lo suficiente para luchar".

"Cada cual es tan paquete como el miedo que siente, y tan grande como el enemigo que elige".

Brindis de Iván Fandiño a El Pana cuando se debatía entre la vida y la muerte: "Maestro, póngase bueno ya, que el toreo necesita toreros machos como usted. Aunque estemos lejos, siéntame cerca".

Iván Fandiño y El Pana tentaron mucho juntos en la finca Cantinuevo, una finca pegada a la del propio Fandiño en Fuentelencina (Guadalajara).

"Soy el dueño de mi destino y el capitán de mi alma. Y mi alma ya sólo busca soledad y silencio. Hablamos el 29 M". (29 de marzo de 2015. Encerrona con 6 toros en Madrid, la cual salió mal y le costó caer en picado en su categoría taurina y en su caché profesional. Otro día 29 maldito).

"El auténtico guerrero sabe que sólo tiene una opción: ganar o morir en el intento".

"Al otro lado del miedo se esconde la libertad"...

Iván Fandiño dejó una carta escrita en la que se despedía de sus padres, de su hermana, de su hija que todavía no había nacido y de su apoderado Néstor. La escribió el 14 de mayo de 2015, justo la noche antes de su siguiente tarde en Madrid tras el fracaso de los seis toros el 29 de marzo. Y es que Iván quería resarcirse de aquella tarde tan nefasta y salió a morir ese 15 de mayo. Por eso dejó la carta escrita, porque preveía que su entrega iba a ser tal que podría perder la vida aquella tarde.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Barullo

Hace tiempo me propuse intentar dejar de ver el lado malo de la Fiesta de los Toros. Hace mucho tiempo me propuse intentar dejar de contar el lado malo de la Fiesta de los Toros. Y de momento lo estoy consiguiendo, aunque sólo sea por la certeza de que todos los aficionados saben cuáles son esos males que siempre han acompañado a este espectáculo y que por desgracia se han acentuado en los últimos tiempos.

Un barullo es un lío. Es mucho ruido. Es falta de entendimiento. Es desorden y crispación. Así veo yo la Fiesta en estos momentos en los que ya nadie se corta un pelo y todo se cuenta con pelos y señales. Las tretas, los juegos sucios. Las competencias desleales. Las puertas que se cierran o se abren según quien seas o más que lo que hayas hecho, hayas dicho. En estos últimos tiempos ningún taurino se guarda nada sobre las cloacas de la Fiesta. Toreros enfrentados con empresarios, apoderados que riñen con sus poderdantes y que como venganza sacan a la luz sus vergüenzas económicas, bailes de corrales e imposiciones de ganado chico por parte de algunas figuras en América, taurinos y toreros que aprovechan el caos reinante para malmeterse unos contra otros... Un barullo, vamos. Y por si fuera poco, el eco atronador de las redes sociales, las cuales lo magnifican todo, y que nos sacan de nuestro acotado mundo y nos ponen en el escaparate mediático de la sociedad general. Ahí ahí, para que todo el mundo vea de lo que estamos hechos. Para que aquellos que precisamente no nos tienen en buena estima se carguen de argumentos cuando afirman que somos lo peor y que cómo vamos a respetar al toro cuando no nos respetamos ni siquiera entre nosotros. Démosles la razón aunque no la tengan. Qué lamentable todo. Y qué bochorno.
En el mundo de los toros siempre ha habido cosas buenas y cosas menos buenas. Justicia e injusticia. Palabra y deshonor. Cuentas claras e impagos. Recompensas y venganza. Calma y barullo. Y eso siempre lo han sabido los taurinos y los aficionados. Pero se ha quedado en casa. No ha trascendido a las masas como está ocurriendo ahora mismo. ¿Qué nos está pasando? ¿Es necesaria esta exposición de los bajos fondos de la Fiesta? ¿Alguien se ha parado a pensar que todo esto nos perjudica más que nos beneficia de cara a la sociedad y al futuro de la Fiesta?
A pesar de todavía no pintar canas he vivido distintas épocas del toreo, pero sin duda alguna ninguna tan crispada y con tantos enfrentamientos internos y externos como esta. Aquí ya no se lucha dignamente por tu trozo de pastel. Aquí ya directamente se mata por tu trozo de pastel. Y lo peor no es eso. Lo peor es que somos los mismos aficionados los que exponemos eso a la sociedad, quedando ante los ojos de la gente como amantes de un espectáculo cainita y poco leal. Y es que al final van a tener razón aquellos que dicen que el toro es el más legal y el único que no miente en este espectáculo.