miércoles, 7 de agosto de 2019

Ilusiones rotas

Si hace quince días me sorprendía la retirada por sorpresa de Varea, el pasado sábado me impactó la del novillero valenciano Borja Collado. De echo cuando leí por primera vez su comunicado pensaba que era una broma de mal gusto. ¿Qué está pasando? ¿Qué les está ocurriendo a tantos y tantos chavales que llevan un cuarto de hora en esto y arrojan la toalla a las primeras de cambio? Son muchas las posibles explicaciones. En cualquier caso sólo ellos saben el porqué. Y a los aficionados no nos queda otra que lamentarnos. 
 
En poco más de un año se han retirado varios chavales con unas condiciones extraordinarias. El novillero madrileño Carlos Ochoa, el palentino Diego Fernández, el albaceteño Adrián Villalba, el cual poseía una mano izquierda sensacional, el prometedor matador de toros castellonense Varea... Y ahora Borja Collado, un novillero en el que el aficionado había depositado muchísima ilusión y el cual tenía ya una vasta y numerosa legión de seguidores tanto en su Valencia natal como en el resto del país.
Hay quienes apuntan a la falta de afición como posible causa de tan inesperadas retiradas. Yo en cambio no creo que sea esta la razón principal. Y es que hoy en día, conforme está esto para los que empiezan, es normal que se harten y manden todo al carajo. Hace tiempo que para ser torero primero tienes que ser rico. Y es que es una tremenda injusticia que se le pida dinero a los chavales por torear en tantas y tantas novilladas o en el mejor de los casos no se les de ni para cubrir gastos. O que se les pretenda pagar con el dinero que saquen vendiéndose ellos mismos sus propias entradas. Hacerle todo esto a alguien que es poco más que un niño y que se va a jugar la vida en una plaza de pueblo con dos novillos tremendamente serios no tiene perdón de Dios. ¿Alguien se imagina al cadete del Real Madrid pagando por jugar contra el cadete del Barcelona y encima comprando ellos la pelota? Yo sinceramente no.
Afortunadamente los hay que tienen dos dedos de frente y mucho, pero que mucho, sentido común. La afición puede ser infinita, pero estoy seguro que se va perdiendo con cada euro pagado, con cada euro no ganado, con cada putada de tal cual chufla que va de empresario, con cada voltereta o con cada cornada. Respeto enormemente a los chavales que no están dispuestos a pagar por torear o a endeudarse por una carrera que podrá o no podrá llegar a lo más alto. Y aunque perder la vida sea algo consustancial a la Fiesta, hemos de admitir que también hay chavales que no están dispuestos a jugársela cada tarde delante de un animal bravo porque sencillamente le han visto ya varias veces las orejas al lobo y eso les ha dado mucho miedo. Un miedo que no son capaces de afrontar y superar. Y es que aunque no lo parezca, ellos también son humanos.

viernes, 2 de agosto de 2019

No siempre ha sido así

Andan los empresarios taurinos como locos estos días por el descanso forzado por lesión de Roca Rey. Y es que el torero peruano ha tenido que colgar momentáneamente el vestido de torear por fuerza mayor. Mientras tanto los rumores de su vuelta están confundiendo a más de uno. Se habla de la Goyesca de Ronda como fecha probable de su reaparición si se opta por un tratamiento paliativo o del adiós definitivo a la temporada si decide pasar ahora por el quirófano. Y, mientras tanto, los empresarios se lamentan y buscan quién le puede sustituir en tantas y tantas plazas en las que durante estos días estaba anunciado el torero peruano.
 
Cayetano Ordoñez es el que de momento se está llevando la palma. Y es que junto a su evidente poder mediático y taquillero, se le ha sumado el triunfo de cuatro orejas en la recién concluida Feria del Toro de Pamplona. Cayetano puede gustar más o menos al aficionado, pero de lo que no hay dudas es de su enorme poder en la taquilla. Y los empresarios no son tontos. Un taquillero por otro taquillero. El torero revelación de la temporada, Pablo Aguado, y un Miguel Ángel Perera que está echando una muy buena temporada, son los otros dos toreros que están cogiendo algunas de las pocas sustituciones de Roca Rey que no ha cogido Cayetano.
Soy de la opinión de que ahora mismo hay tres o cuatro toreros desconocidos para el gran público -que no para el aficionado-, que también podrían beneficiarse de alguna que otra sustitución de Roca Rey. Pero la realidad es que no los están llamando. Y es que esto está como está. Es la contradicción de siempre: para los aficionados hay mil alicientes en cuanto a ganaderías y toreros interesantes. Para el gran público sólo hay dos o tres toreros y una o ninguna ganadería. Podemos quejarnos. Sí. Pero la realidad es la que es. Aquí nadie quiere perder ni un euro. No siempre ha sido así. Hoy por desgracia sí.