sábado, 7 de mayo de 2011

Sevilla, 6 de Mayo de 2011. 13ª de abono. Manzanares se rompe otra vez...

De los siete toros de Jandilla que han saltado hoy al ruedo de La Maestranza, -el tercero fue devuelto por estar descoordinado, saliendo en su lugar un sobrero de la misma ganadería-, tan sólo dos han merecido la pena. Primer y segundo toro se dejaron hacer cositas y sacaron un buen fondo de nobleza, aunque un poquito mansitos. Del resto de animales mejor casi ni hablar. Muy pegados al piso, mansotes, rajados muchos de ellos, sin humillar y con poca casta. No anda muy allá esto de Jandilla. Ha tenido épocas mejores. Pero ante tanta vulgaridad se impuso la torería de Manzanares. Con dos toros muy justitos, -el quinto incluso complicado-, estuvo colosal. Extrajo tandas de muletazos que eran impensables de sacar a esos oponentes. Demostró que se encuentra en el mejor momento de su carrera. Ahora mismo, a José Mari le vale cualquier toro. Le haría faena a una mula que saliera por toriles. Decidido toda la tarde, recibió el cariño de un público que estuvo con él desde el principio. De hecho, hubo de saludar montera en mano nada más romperse el paseíllo. De su primero tenía la oreja cortada pero, casualidades del destino, pinchó. Recibió una fuerte ovación. Al quinto le arrancó la oreja. Muy torero toda la tarde. Toreando despacito. Acariciando la embestida de sus dos toros incluso cuando estas eran violentas. En fín. ¿Qué puedo decir más? Poco. Del resto de la corrida destaco la labor de Castella con el cuarto, un toro peligroso y manso que se le venía al cuerpo constantemente. El torero francés estuvo valentísimo y a fuerza de ponerse e incluso cobrando una pequeña voltereta, se hizo con la atención del público. Bien Castella toda la tarde. Talavante dejó su tarjeta de visita con el sexto, que le permitió por lo menos ponerse y pegar algún muletazo, cosa que no le había permitido el descastado que hizo tercero. Con ese sexto justificó el porqué está en la feria. Cada vez le veo menos indolente, cosa que me alegra. Pero sigue imitando demasiado a otros compañeros. Y eso no me gusta. Sinceramente creo que debería haber ido sólo una tarde a Sevilla. No dos. No veo los méritos para estar dos tardes. Sobretodo después de la temporada más bien normalita que hizo el año pasado. Sigo esperando mucho más de él. Ahí acabó la tarde. Con ese nuevo regusto al mejor Manzanares. Ese que seguiremos degustando suavecito, despacito..., por mucho tiempo. Como su toreo; templado y eterno.

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