lunes, 21 de mayo de 2012

Madrid, San Isidro 2012. 9ª, 10ª y 11ª de abono.

Hay tardes en las que al acabar la corrida prefiero salir de mi casa un rato antes que sentarme e intentar explicar lo que ha ocurrido en la plaza. Y es que a veces no hay nada o muy poco que contar. Este fin de semana no he salido a causa de una amigdalitis pero tampoco me ha dado por escribir. Lo sé. Son cosas del aburrimiento taurino. El viernes se lidió una corrida de Fermín Bohórquez (el 5º bis del hierro de Encinagrande, reciente adquisición de Manuel Caballero) que vino a sustituir a la rechazada de Manolo González. Me cabreé. Tenía ganas de ver lo de Manolo González. Llevo tiempo sin ver nada de esta ganadería y quería, por simple curiosidad, comprobar cómo estaba. Mi gozo en un pozo. La corrida no pasó el reconocimiento porque al parecer no tenía las hechuras que pide Madrid. Me vais a perdonar pero tengo mis dudas. De la corrida de Bohórquez hubo tres toros nobles que se medio dejaron torear, sobre todo 2º y 6º. El resto fue sosería y mansedumbre, incluido el sobrero de Encinagrande que hizo quinto,  feo de hechuras y muy deslucido. De la terna de matadores me gustó Arturo Saldívar, que anduvo muy valiente y toreando muy bien por momentos. Su faena al 2º comenzó bien pero pronto se diluyó porque el toro echó la persiana. Abellán no tuvo suerte con su lote, que fue muy deslucido y Víctor Barrio, a mi juicio, está todavía bastante verde. Con el sexto logró los mejores momentos de su actuación pero sin rematar. Necesita rodarse más. El sábado llegó la corrida de Torrestrella. Había cierta expectación tras la buena corrida que su dueño, Alvarito Domecq, mandó hace poco a la feria de Abril Sevilla. Esa, la de Sevilla, dió buen juego. Pero como en esto del toro dos y dos nunca son cuatro, en Madrid la corrida se estrelló. No valió nada. Tan sólo salvo al buen 2º, un toro noble y repetidor con un puntito de casta que posibilitó a Matias Tejela estar a gusto y cuajarle una buena faena. Tejela estuvo completísimo con ese toro, tanto con capote, muleta y espada. Redondo, seguro y toreando bien. Varias tandas con la derecha y con la zurda, de manos bajas, rematadas con largos pases de pecho. Mató bien y el palco le birló una oreja ganada a ley, pues había petición mayoritaria en los tendidos. Dió la vuelta al ruedo y tras esta, el presidente escuchó una sonora pitada. Juan Bautista no tuvo oponentes claros y El Payo no lo vió claro en ningún momento. El torero mejicano anduvo desconfiado toda la tarde, no se estuvo quieto en ningún momento y mató muy mal. Este chico no está y creo que lo mejor es que se tomara un tiempo porque se le ve muy deprimido. Le han pegado muy duro los toros y eso le ha afectado. A veces es mejor parar y pensar que seguir y fracasar. Y ayer domingo vino otro nuevo baile de corrales. Se rechazó la corrida anunciada en los carteles de Peñajara y, tras rechazar también como sustitutas de la primera otra de Joselito y otra de Couto de Fornilhos, finalmente se aprobó una de Guardiola Fantoni. La verdad es que tenía interés por ver de nuevo estos toros sobre el ruedo puesto que hacía ocho o nueve años que no veía nada de esta ganadería. Y la decepción fue mayúscula. La corrida fue mala, mansa, peligrosa, mirona, orientada y sin humillar... Parecían toros de otra época. Hicieron correr a los toreros tela. El único menos malo fue el tercero, que aun sin humillar, desarrolló algo de nobleza y permitió que Rubén Pinar pudiera hacer lo más meritorio de la tarde. El torero manchego estuvo muy templado con él y el de Guardiola no le tocó la muleta ni una sóla vez. Mató de una estocada muy caída y se le escapó la oreja. Con el sexto poco pudo hacer. El Fundi lidió dos toros de aúpa y las pasó canutas, sobre todo para darles muerte. Tanto que no fue capaz de matar el segundo de su lote y acabaron sonando los tres avisos. El toro de su despedida de Madrid se fue al corral, y hasta para eso fue peligroso. José Pedro se escapó ayer de la cornada varias veces de milagro. Esperemos que pueda volver en otoño, tal y como la empresa se lo prometió al acabar la corrida y se despida como merece. Uceda Leal se estrelló con dos toros imposibles. Aun así dejó buenos momentos con el capote y con la muleta. Estuvo con muchas ganas y muy voluntarioso. Antes y durante la corrida cayeron varios aguaceros muy muy fuertes. El inicio de la corrida se retrasó una media hora. Los toreros tuvieron mucho mérito pues el ruedo estaba impracticable, cosa que hasta fue positiva para ellos puesto que con un ruedo en condiciones normales la corrida habría sido aún más peligrosa al tener los toros más seguridad de agarre. Por suerte no pasó nada desagradable y aunque empapados, público y toreros pudieron salir por su propio pié de la plaza tras dos horas y media de agua y miedo. Mucho miedo.

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