domingo, 20 de marzo de 2011

Valencia, última de Fallas. Alberto Aguilar tira la puerta de una patada

Emoción. Pelos de punta. Los de abajo de corbata. Eso es lo que me ha transmitido esta tarde Alberto Aguilar. Sin duda, ha pegado un puñetazo en la mesa esta tarde. Con raza, con valor, asentado, toreando muy bién. Porque este chaval sabe torear. Ya lo demostró hace siete u ocho años de novillero, en cuya época tuvo muy buén ambiente. Después se perdió en la vorágine del anonimato. Un día hizo las maletas y se fue a Francia a partirse la cara y jugarse los muslos con los corridones de toros que por aquellos lares se lidian. Simón Casas lo repescó y vió en él una figura en potencia. Y en ese camino está. Lo puede conseguir si cada tarde sale con la disposición de hoy. Escuchó una ovación en su primero, toro noble de Adolfo venido a menos. Asentado, le toreó como pocos torean a este tipo de encaste. No había para más. Con el sexto, encastado y con carbón estuvo sensacional. Quieto, tragando paquete y toreando bién. Muy bién. Casi al final de la faena, el toro le tiró una cornada en la espinilla izquierda que le causó una fuerte hemorragia. Sacando su casta torera, aguantó como un jabato y mató de pinchazo y estocada. Recibió una merecida oreja, ya que el toro no era nada fácil y había que estar ahí. A otro seguro que le habría durado un suspiro. A mí, particularmente me ha dejado con ganas de volver a verle cuanto antes. Rafaelillo no tuvo suerte con sus oponentes. Con su primero, complicado y mansurrón, anduvo voluntarioso. El cuarto, flojo y descastado, hubo de matarlo al poco de comenzar la faena ya que no se tenía en pié. Escuchó silencio en ambos. El otro triunfador de la tarde ha sido Tomás Sánchez, que a pesar de lo poco que torea se mostró firme y seguro con los mejores toros de la tarde. Suyo fue el mejor lote y gracias a eso cortó la oreja del segundo. En el quinto escuchó palmas después de una labor decidida. Sufrió una voltereta sin consecuencias. Habrá que seguir esperando a este torero. Ojalá tenga suerte. La corrida de Adolfo Martín ha tenido el denominador común de la falta de fuerzas y de fondo. Los mejores, el segundo y quinto que fueron más bravos y encastados. El sexto fue complicado en el tramo final de la faena de muleta. Excelente la presentación y las hechuras de los Adolfos, algunos de los cuales recibieron sonoras ovaciones de salida. Buena temperatura y media plaza. Se acabó la feria de Fallas 2011. En mi retina se quedan Manzanares, algunas cositas de Morante, el Juli con el buén tercero de Victoriano del Río, el buen toreo de Leandro, la sensacional actuación de Perera, la sorpresa de Alberto Aguilar, la corrida de Fuente Ymbro y del Capea, el cuarto de la corrida de Jandilla y el quinto y sexto de Alcurrucén. Bastantes cosas importantes a tener en cuenta.

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