viernes, 4 de marzo de 2011

Sergio Aguilar

Llevo dias pensando en escribir sobre Sergio Aguilar. Sinceramente, me duele este torero. Me duele la injusticia que se está cometiendo con él. Sin duda es uno de los toreros que más admiro a día de hoy. Atesora una gran calidad y una toreria fuera de lo común. Su valor seco y sereno es un factor puesto al servicio del toreo bueno. Ese toreo puro que se ve tan poco hoy en día en los que osan ponerse el traje de luces. Siempre con el medio pecho por delante, la muleta adelantada, los toros a la cadera. De arriba a abajo y de delante hacia atrás. Como ha sido siempre el toreo. No molesta. No es cansino cuando no hay que serlo. Su muñeca izquierda rota bañada en oro -hay que ver lo bién y lo puro que torea con la mano izquierda- . A veces me da la impresión de que no lo quieren ver. De que las figuras le temen porque saben que si algún día tiene un éxito rotundo en una plaza importante, más de uno se va a tener que esconder. En su corta pero intensa carrera como matador de toros ha tenido altibajos. Varios cambios de apoderamiento. Los toros le han pegado cornadas, y muchas, como las sufridas el año pasado en la plaza de toros de Bilbao por un toro de Alcurrucén, una de las cuales casi le arranca la cabeza. Esta temporada que empieza ha cambiado de apoderado. Se trata del empresario lorquino Juan Reverte, el cual ha venido a sustituir al anterior encargado de su carrera, Mateo Carreño. A ver si con este nuevo mentor puede meter la cabeza el circuito de figuras, cosa que es dificil y deja de matar esos corridones de toros, normalmente de ganaderías consideradas duras. Creo que este tipo de toro que últimamente está matando no beneficia a su toreo, más fino y enclasado que la habitual batalla de gladiadores que tiene que desplegar para dominar un tipo de toro que la mayoría de las veces es indomable. Torero de la factoría de Antonio Corbacho, -que entre otros ha llevado y aleccionado a José Tomás, Alejandro Talavante y actualmente al mejicano Arturo Macías- . Y creerme si os digo que eso ya es por sí solo una garantía de éxito. Ojalá que este sea su año y que con él se reivindique lo que siempre pedimos los aficionados en los toreros y que cada vez se ve menos: el toreo eterno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario