jueves, 2 de agosto de 2012

Currovazcadas...

Curro Vázquez siempre ha sido un torero al que he admirado profundamente desde que le conocí personalmente cuando tan sólo tenía seis años. Aquel lejano mes de agosto de 1986, en la feria de mi pueblo, Casasimarro, Curro vino a torear un festival junto a Paco Alcalde y el torero conquense de San Lorenzo de la Parrilla Curro Fuentes. En aquellos días de bullicio y fiestas no había ni una habitación libre en el hotel de mi pueblo así que mi padre, ni corto ni perezoso, decidió proponer a los toreros y sus cuadrillas el quedarse en mi casa. Nos fuimos a comer todos el día del festival a un restaurante del pueblo cercano de Rubielos Bajos y allí todo fue armonía, risas y por supuesto una buena comida que por cierto preparó el mismo Curro Vázquez ante la sorpresa del dueño del bar al verle entrar por la puerta. Curro, famoso y en figura como estaba, pidió al cocinero que si por favor le dejaba entrar en la cocina para preparar un plato de su especialidad. Evidentemente no hubo problemas y todos comimos de la mano de un chef de lujo. Después de la comida, nos vinimos todos para mi casa y los toreros empezaron a ducharse y a cambiarse para el festival. Recuerdo la impresión que me causó el ver las piernas desnudas de Curro Vázquez. Estaba literalmente cosido a cornadas. Y recuerdo perfectamente también que Pablo Saugar "El Pali", peón de confianza y banderillero de José Cubero "Yiyo" hasta su trágica muerte justo un año antes en Colmenar Viejo, no paró de beber en todo el día hasta que llegó la hora de marchar hacia la plaza. Sin duda todavía tenía muy presente la tragedia de Colmenar e intentaba matar a cañonazos de coñac la enorme pena por la inesperada muerte de "su" Yiyo, como él decía. Tras el triunfal festival en la plaza de toros de mi pueblo, volvimos todos de nuevo a mi casa donde se quitaron sus ropas de torero y se ducharon uno a uno. Tras ello y antes de marcharse de Casasimarro la noche de ese mismo día, Curro Vázquez me cogió y me sentó en sus rodillas alrededor de la mesa en el comedor de mi casa. A su lado estaba Paco Alcalde y el resto de banderilleros de ambos, incluido el triste "Pali", absorto en sus pensamientos. Cuando estaba en las rodillas de Curro, este y Paco Alcalde me dijeron que tenían un regalo para mí. De repente, Curro sacó de su cartera un billete de 500 pesetas y Paco otro. En ese momento se me iluminó la cara como una bombilla. Con esas mil pesetas pasé las mejores fiestas de mi vida. Y todo gracias a ellos. Tras ese regalo vinieron más, puesto que tanto uno como otro me firmaron y dedicaron varias fotos que todavía conservo con gran cariño. Aquel Curro Vázquez era un torerazo simpático, cariñoso y muy muy generoso. Nunca olvidaré aquel día en el que fui feliz como pocas veces lo he sido en mi vida. Curro y Paco aquel día y Julio Robles muy poco tiempo después gracias a la íntima amistad que le unía con mi padre, fueron los auténticos responsables de que hoy en día ame tanto la fiesta de los toros. Tras aquel entrañable episodio, Vázquez siguió triunfando y se consolidó en la figura del toreo que ya era y que siguió siendo hasta su retirada. Pero todo aquello pasó y hoy en día Curro Vázquez ha cambiado. Ya no es el que era. Ahora, en su faceta de apoderado de "figuras" del toreo, deshace más que hace y en cada reconocimiento de los toros que van a matar sus toreros monta unos numeritos dignos de mención. El último, sin ir más lejos se produjo el viernes pasado a las cinco de la tarde en el reconocimiento de los toros de Victoriano del Río que al día siguiente iban a lidiar en Valencia Enrique Ponce y su torero Morante de la Puebla mano a mano. El ganadero viajó a Valencia con 12 toros que la empresa había reseñado para tal evento. En el reconocimiento previo, sólo pasaron cinco toros. Los siete restantes fueron rechazados. Y de los cinco toros que pasaron el reconocimiento, a Curro Vázquez no le gustaban dos toros porque según él eran demasiado serios para su torero. A todo esto, Curro tenía tres toros de una ganadería muy conocida de Andalucía reseñados y preparados por si no le gustaba alguno de los que Victoriano había mandado a Valencia. Curro intentó que esos dos toros no se torearan bajo ningún concepto y meter los tres que tenía bajo el brazo preparados para su torero. Por suerte la empresa y los veterinarios no aceptaron y los cinco de Victoriano junto con un remiendo del mismo ganadero saltaron al día siguiente al coso de la calle de Játiva. Lamentable la actitud de Curro Vázquez, más si cabe con una ganadería como la de Victoriano del Río, que es una de las predilectas de Morante y en la que casi siempre está metido allí tentando y preparándose. Muy mal Curro. Eso es un gesto muy feo al ganadero, aparte de una falta de respeto al aficionado que al día siguiente iba a pagar por ver la corrida. Por si fuera poco, casualmente esos dos toros que para Curro eran demasiado fuertes y serios acabó matándolos Enrique Ponce, no sabemos ya si por presiones de Curro, si porque Ponce tiene menos fuerza que Morante o si porque el torero sevillano tiene mucha suerte en los sorteos. De cualquier manera y salvo esos dos toros, la corrida resultó muy mal presentada. En fin, lo de siempre. Las figuras y sus "padrinos" se empeñan en descafeinar la fiesta, tanto que al final se va quedar en agua. Por ello, poco importa el resultado de la corrida. De los toros que saltaron al ruedo, los mejores fueron el 1º y 6º y a pesar de todo, Enrique Ponce estuvo muy bien toda la tarde, con dos faenas muy completas y compactas. Morante dejó algún chispacito de su arte en el 6º, sin terminar de redondear del todo. Curro Vázquez me volvió a decepcionar con su actitud otra vez y ya van unas cuantas. Tú no eras así Curro. ¿Tanto has cambiado? Parece ser que sí...

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