martes, 14 de junio de 2011

Terminó Madrid...

Después de innumerables tardes de sol, nubes, aburrimiento y poco toreo bueno, terminó la considerada primera feria en importancia de todo el orbe taurino. Y terminó con el regusto agridulce de las dos últimas corridas de a pie. La parte amarga se la llevó un desafortunado Miguel Abellán que sufrió una aparatosa cornada en la boca cuando entraba a matar a su primero. Por un momento, los fantasmas de la tarde de Aparicio del año pasado volvieron a hacerse presentes. Por suerte no fue tan gorda como la de Julito. Esa corrida de La Palmosilla con dos toros de Mari Carmen Camacho (1º y 5º) no valió para nada. Muy floja y descastada. Vamos, lo de casi siempre. Tan sólo El Fandi, -sí, han leído bién, El Fandi-, logró los mejores pasajes en una tarde que fue tela de plomiza. Luque, a pesar de estar muy por encima de su lote no tuvo ninguna opción. Un día antes, el viernes, se lidió una corrida de Javier Pérez-Tabernero y uno de Valdefresno (6º) que resultó interesante, con varios toros que se dejaron, sobretodo segundo y tercero. El resto resultaron nobles pero sin fondo. Se acabaron pronto. Rubén Pinar cuajó una tarde importante en sus dos toros, arrancándole una oreja al manejable tercero y recogiendo una ovación del noble sexto de Valdefresno. Sin duda, ha sido de las mejores tardes que le he visto. Más reunido, más profundo, con tres tandas sobervias al natural al buen tercero. Ni que decir tiene que la oreja le vale. Seguro. Ni Sergio Aguilar -que estuvo muy bién con su primero, sobretodo al natural-, ni Antonio Ferrera pudieron sacar más de los enemigos que tuvieron delante. Y así acabó todo. Otro año más. Y como siempre ocurre, llegaron los polémicos trofeos de la feria. Creo que no hace falta enumerarlos porque cada uno tiene su particular opinión de lo visto. En este momento se me vienen a la mente varios nombres que han hecho que la feria valiese la pena. Manzanares -declarado triunfador de la feria-, Talavante -mejor faena-, Iván Fandiño -torero revelación-, Sergio Flores, la corrida de Juan Pedro -con cinco toros buenos-, y cuatro toros. Cuatro torazos. Por buenos y bravos: "Arrestado" de Alcurrucén -declarado mejor toro de la feria-, lidiado por Castella en la Corrida de la Prensa. "Cervato", de El Ventorrillo, lidiado por Talavante y al que le cortó dos orejas. "Garlitero" de Los Bayones, que correspondió a Matías Tejela el 7 de Junio y lo dejó escapar con las orejas puestas y "Rodalito", segundo toro de la corrida de Peñajara del día 31, y que correspondió a César Jiménez, que de dos orejas cortó una. ¡Qué toros estos cuatro! Bonitos, largos, bravos, profundos, encastados, nobles... Me tiraría un día entero hablando de ellos. Para mí incluso mejores que el de El Ventorrillo y el de Alcurrucén. Castella, Tejela y Jiménez no estuvieron a la altura de tanta bravura. Una pena. Para mí, y pese a los trofeos que han cortado, salen perjudicados. No estar a la altura de un toro bravo es lo peor que le puede pasar a un torero. Ya lo dice un conocido dicho taurino: "Dios nos libre de un toro bravo"...

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