En
poco más de un año se han retirado varios chavales con unas condiciones
extraordinarias. El novillero madrileño Carlos Ochoa, el palentino Diego
Fernández, el albaceteño Adrián Villalba, el cual poseía una mano izquierda
sensacional, el prometedor matador de toros castellonense Varea... Y ahora
Borja Collado, un novillero en el que el aficionado había depositado muchísima
ilusión y el cual tenía ya una vasta y numerosa legión de seguidores tanto en
su Valencia natal como en el resto del país.
Hay
quienes apuntan a la falta de afición como posible causa de tan inesperadas
retiradas. Yo en cambio no creo que sea esta la razón principal. Y es que hoy
en día, conforme está esto para los que empiezan, es normal que se harten y
manden todo al carajo. Hace tiempo que para ser torero primero tienes que ser
rico. Y es que es una tremenda injusticia que se le pida dinero a los chavales
por torear en tantas y tantas novilladas o en el mejor de los casos no se les
de ni para cubrir gastos. O que se les pretenda pagar con el dinero que saquen
vendiéndose ellos mismos sus propias entradas. Hacerle todo esto a alguien que
es poco más que un niño y que se va a jugar la vida en una plaza de pueblo con
dos novillos tremendamente serios no tiene perdón de Dios. ¿Alguien se imagina
al cadete del Real Madrid pagando por jugar contra el cadete del Barcelona y
encima comprando ellos la pelota? Yo sinceramente no.
Afortunadamente los hay que tienen dos dedos de frente
y mucho, pero que mucho, sentido común. La afición puede ser infinita, pero
estoy seguro que se va perdiendo con cada euro pagado, con cada euro no ganado,
con cada putada de tal cual chufla que va de empresario, con cada voltereta o
con cada cornada. Respeto enormemente a los chavales que no están dispuestos a
pagar por torear o a endeudarse por una carrera que podrá o no podrá llegar a
lo más alto. Y aunque perder la vida sea algo consustancial a la Fiesta, hemos
de admitir que también hay chavales que no están dispuestos a jugársela cada
tarde delante de un animal bravo porque sencillamente le han visto ya varias
veces las orejas al lobo y eso les ha dado mucho miedo. Un miedo que no son
capaces de afrontar y superar. Y es que aunque no lo parezca, ellos también son
humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario