El pasado
Domingo de Resurrección volvió a dar otro toque de atención en Madrid. El
primero fue el pasado 15 de agosto de 2018 en la misma plaza de toros de Las
Ventas. Con raíces castellanomanchegas (toda su familia paterna desciende de
Checa, en la provincia de Guadalajara) aunque sevillano de nacimiento y formado
como torero entre Córdoba y Jaén, Juan Ortega ha vuelto a reivindicarse como
otro de los jóvenes toreros que merecen la pena y que hay que tener en cuenta
en un futuro inmediato. Torero de discurso templado y concepto artista, charla
para Porelpitonderecho.com en el mejor momento hasta ahora de su corta carrera
como matador de toros.
-Imagino que tras el triunfo del año
pasado en Madrid el 15 de agosto con la corrida de Valdefresno llegarías a Las
Ventas el pasado Domingo de Resurrección con cierta presión...
"Pues
aparte de la propia presión que conlleva el torear en Madrid, lo que más me
preocupaba es que era consciente de que muchas personas, tanto profesionales
como periodistas y aficionados que no me conocían como es lógico salvo por la
tarde del 15 de agosto del año pasado en Madrid donde las cosas salieron
medianamente bien, estaban esperándome para ver si lo que había ocurrido el año
pasado había sido casualidad o si era verdad que yo realmente ando bien.
Personalmente y hablando como aficionado, yo creo que a mí me habría pasado lo
mismo en el caso de que hubiera visto a otro torero en similares circunstancias.
Esa era mi mayor preocupación: mostrarle y convencer a la afición de Madrid y
al toreo en general que lo que había ocurrido el pasado 15 de agosto no había
sido flor de un día, que yo quiero quedarme".
-El primer toro tuyo lo tuvo todo muy
justito, pero a pesar de ello supiste entenderlo y sacarle lo poco que tenía...
"Para
mí lo que verdaderamente fue una pena fue cómo amaneció el día. Después de los
días primaverales que llevábamos, de repente vino el frío, la lluvia de los
días anteriores y el viento que molestó mucho durante todo el día... Fue una
pena porque era importante la respuesta de los aficionados en la plaza. Había
mucha gente pendiente. Es cierto que no hubo una mala entrada en Madrid y que
esta fue aceptable, pero ese último apretón de público que faltó lo restó las
malas condiciones del día. Eso fue lo que más coraje me dio. La corrida fue una
corrida con el toro grande y pesado de Madrid, y como sabes allí cuesta mucho
que embistan los toros. Personalmente los dos toros que más me gustaron fueron
los dos toros que estaban mejor hechos, pero en este caso también fallaron porque
no fueron acompañados de fuerza suficiente. Aun así fue bonito todo lo que se
había generado alrededor de esa corrida, toda la atención de los medios, de los
aficionados... Fue muy bonito porque en los tiempos que vivimos, que tres
toreros jóvenes y prácticamente desconocidos para el gran público hayan
despertado esa ilusión a mi me motiva mucho".
-Desde el principio saliste a por
todas y así lo demostraste en un primer quite por chicuelinas que no pudiste
rematar bien por el viento al toro de David Galván y en un gran recibo por
verónicas a tu primer toro. Muy pronto se te vieron las intenciones...
"Fue
curioso porque en ese primer quite que como bien dices ni siquiera pude rematar
por culpa del viento, pude sentir que me encontraba bien y que los chismes me
volaban también bien. Percibí muy pronto que la gente estaba metida en la
tarde, lo cual era muy importante también. Cuando te das cuenta de que intentas
transmitirle algo al público y que este lo capta es bonito, porque hay veces
que ocurre toro lo contrario, que estás intentando transmitir algo y es
imposible".
-El pasado año sólo toreaste cinco
tardes, tres de las cuales fueron en España (Navas de San Juan, Madrid y
Sacedón) en agosto y dos en Méjico (Jerez, Zacatecas) a principios de temporada.
¿Pensaste que quizá después de la oreja de Madrid del 15 de agosto iba a sonar
más el teléfono?
"Yo era
muy consciente de que iba a ser muy difícil torear después de lo del 15 de
agosto porque para esas fechas todas las ferias están prácticamente cerradas.
Sinceramente no tenía muchas esperanzas de que iba a entrar en ningún cartel.
Lo que sí esperaba y lo que a la postre más pena me dio es que creí que iba a
coger alguna sustitución de algún compañero y al final no fue así. Por unas
circunstancias o por otras no se pudo concretar ninguna y eso me dio mucha
pena. Daba por hecho que después del 15 de agosto no me iba a salir ninguna
corrida. A pesar de ello, la empresa de Madrid se portó muy bien conmigo porque
al poco de acabar la temporada se pusieron en contacto con nosotros y empezamos
a hablar de algunas tardes para el año siguiente. Además surgió también el
apoderamiento con Roberto Piles. En ese sentido no me puedo quejar y aunque no
vi los frutos a corto plazo, sí los pude ver a largo plazo".
-El no estar anunciado en tu tierra,
en Sevilla, imagino que te habrá dolido...
"La
verdad es que yo tampoco las tenía todas conmigo de que hubiera entrado en
Sevilla después de lo del 15 de agosto. Sevilla es una feria muy corta, hay muy
poquitos huecos y los carteles son muy fuertes y muy rematados. A mí tampoco me
avalaba ese triunfo fuerte para que se me hubieran abierto las puertas de
Sevilla. Es cierto que siempre tienes esa esperanza de poder entrar en algún
cartel de preferia, pero al final no salieron las cosas y no se pudo concretar
nada. Siento pena porque Sevilla para mi es algo especial y más en mi caso que
soy de aquí. Desde muy niño mi padre siempre me llevaba a ver toros a la
Maestranza".
-Después de tu buena actuación el
domingo pasado en Madrid, ¿ha sonado más el teléfono?
"La
verdad es que sí. Va sonando más el teléfono".
-Son cinco temporadas ya como matador
de toros. ¿Te sientes lo suficientemente hecho y maduro como para afrontar
retos importantes en lo que queda por venir?
"Sí.
Para afrontar retos importantes sí, entendiendo por retos fechas importantes y
carteles importantes. Me siento bien. A pesar de ello te diría que la madurez
todavía no la tengo y no sé si alguna vez la podré alcanzar. Yo entiendo por
madurez esa cierta maestría, esa forma de entender las embestidas de los toros
desde que salen por la puerta de los chiqueros, la manera de hacer todo lo más
natural posible. Conforme pasa el tiempo vas creciendo pero a la vez te quieres
parecer cada vez más a ese novillero que eras cuando empezabas. Eso lo vas
consiguiendo poco a poco conforme vas madurando y es curioso que cuando vas
envejeciendo más te vas acercando a lo que eras cuando empezabas. Eso es
difícil de conseguir, es lo que me gustaría, pero no sé si algún día llegaré a
estar lo suficientemente maduro como para sentirme bien. No lo sé. Aun así lo
intentaré. Lo trabajo todos los días pero no es fácil".
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