Desde
la eclosión de Roca Rey en figura del toreo hace ya un par de temporadas, vengo
observando en la mayoría de los chavales que empiezan, que su objetivo es
imitar el toreo y las formas del torero peruano. No es nada nuevo esto en el
mundo del toro. Los aspirantes a toreros siempre se han fijado en las figuras
del momento y han intentado seguir su ejemplo. En la mayoría de los casos, los
referentes de los chavales son los que están ahí arriba. Aquellos que ya están
ricos y torean en los carteles de postín de las mejores ferias. Ha pasado
siempre. Pero en el caso de Roca Rey, esa obsesión por él por parte de los
jóvenes pupilos del toreo ha ido más allá. Ha adquirido un punto más.
Roca
Rey en un gran torero, de eso no hay duda. Lo tiene todo. Juventud, raza y
casta torera, valor para hacer mil toreros y, además, sabe torear, a pesar de
lo que dicen los puristas del toreo, los cuales siempre se quedan con el toreo
accesorio del diestro peruano y no van más allá. Porque independientemente de
las formas de cada uno, Roca Rey los lleva muy largos y muy por abajo. Y con
las dos manos. Y se los pasa cerquísima. Por si fuera poco, además, su espada
es un cañón. Literalmente, parte los toros en dos. Atesora una gran
variedad con capote y muleta y siempre quiere agradar. No es de extrañar por
tanto que tantos y tantos chavales que quieren ser toreros se estén mirando en
el espejo de Roca Rey. Evidentemente esto no es malo. Lo menos bueno viene
-y aquí está el kid de la cuestión-, que muchos de esos jóvenes sólo se
están fijando en el toreo accesorio del torero peruano y no en el fundamental.
Es decir: sólo están imitando lo superfluo y, por contra, no están imitando
tanto ese toreo largo y de manos muy bajas que ejecuta a la perfección
Roca Rey.
Casi
todo el toreo de capote que están haciendo los chavales hoy en día -sobre todo
en los quites-, es accesorio: caleserinas, saltilleras, saltilleras cambiadas,
gaoneras, afarolados, tafalleras, chicuelinas ligadas con tafalleras de
espaldas... Y con la muleta los pases cambiados, el toreo de rodillas, las
espaldinas por uno y otro pitón, el parón inverosimil... Evidentemente todo
tipo de toreo tiene su mérito porque se le está haciendo a un toro. Y ese tipo
de toreo accesorio quizá todavía más porque requiere de una quietud y un
valor a prueba de bombas. Pero el toreo accesorio es accesorio y, en mi
opinión, por muy meritorio que sea, nunca se podrá comparar al
fundamental.
La
verónica, el delantal a pies juntos, la chicuelina pura de manos muy bajas, el
derechazo templado y largo, el natural con la pata pa'lante, un pase de pecho
de pitón a rabo, un trincherazo con sabor, un molinete garboso y torero... Ese
toreo fundamental es el que se tienen que meter en la cabeza los chavales
que empiezan. El toreo accesorio llega antes al tendido, sí. Pero la huella la
deja el fundamental. De eso no tengo duda.
Roca
Rey está dejando huella en muchos jóvenes que quieren ser toreros. Pero por
desgracia estos se están fijando más en lo superfluo que en la esencia, y Roca
Rey atesora esencia y toreo fundamental a raudales. El truco está en ir un
punto más allá y descubrírsela. Y es que no es tan difícil encontrársela.
Sólo es cuestión de intentarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario