lunes, 4 de junio de 2012

Madrid. San Isidro 2012. 23ª y 24ª de feria.

Madrid, viernes 1 de junio de 2012. Toros de Cuadri, bien presentados, hondos, con cuajo, serios. Primero, quinto y sexto ovacionados en el arrastre. RAFAELILLO: Silencio tras aviso, pitos y silencio; JAVIER CASTAÑO: Palmas en el único que estoqueó; LUIS BOLÍVAR: Silencio en ambos; Entrada: Tres cuartos. Al término del festejo fue obligado a saludar José Escobar, mayoral de la ganadería de Cuadri.

Madrid, sábado 2 de junio de 2012. Toros de Adolfo Martín, bien presentados. El segundo, bueno, con calidad, ovacionado en el arrastre. El tercero, encastado. JOSE LUIS MORENO: Silencio tras aviso y silencio; JUAN BAUTISTA: Ovación con saludos y silencio; IVÁN FANDIÑO: Ovación con saludos tras dos avisos y silencio. Entrada: No hay billetes.



Las dos últimas corridas del serial dejaron cosas muy interesantes. Mucho más que muchas tardes de la feria en las que no ha pasado nada. Para que luego digan que las ganaderías consideradas como duras son un fiasco. Podrán salir toros malos, pero casi siempre dan espectáculo. El viernes pasado se lidió la esperadísima corrida de Cuadri. Y en cierto modo no defraudó, ya que hubo cuatro toros interesantes y que tuvieron buenas cosas. El primero fue muy bravo en el caballo pero se acabó pronto en la muleta. El tercero, muy encastado, se dejó por el pitón derecho y Bolívar le dió dos tandas meritorias por ese lado pero aquello no llegó a levantar el vuelo necesario. Bolívar no estaba. El quinto, muy vivo y con un pitón derecho muy potable se acabó pronto y el sexto, que fue noble, acabó con una embestida muy corta y sin finales.Rafaelillo y Bolívar han tenido tardes mejores. Creo que no lo vieron claro en ningún momento. Tampoco tuvieron animales propicios para el triunfo pero aún así podrían haber estado mejor. A Castaño se le esperaba con mucha espectación tras su gran actuación en la corrida de Carriquiri del miércoles. Tras el segundo puyazo a su primer toro, este le sorprendió y le volteó. Castaño cayó de cabeza y se mascó la tragedia. La paliza fue tremenda. Aún así, el torero salmantino continuó con la lidia pero no pudo hacer nada dada la nula condición de su enemigo. A la muerte del toro, pasó a la enfermería y ya no volvió a salir. Cuando terminó la corrida me quedó la sensación amarga de que había habido toros pero no toreros, pensamiento este que sin duda ha sido la tónica general de toda la isidrada. El sábado le llegaba el turno a los toros de Adolfo Martín, uno de mis ganaderos predilectos y en cierto modo no defraudó. Hubo dos toros de excelente condición (2º y 3º) y uno que empezó bien pero que se paró pronto (1º). La segunda parte de la corrida fue un petardo absoluto con tres toros (4º,5º y 6º) que no tuvieron opción alguna. El segundo, de nombre "Madroñito" lo tuvo casi todo; movilidad, fijeza, humillación, transmisión... Inexplicablemente se apagó antes de que aquello tomara el vuelo necesario que hace falta para triunfar de verdad. Tampoco Juan Bautista supo sacarle todo el partido, las cosas como son. De nuevo la sensación de que había toro pero no torero. Con el quinto, el torero francés nada pudo hacer. Iván Fandiño brindó al público la lidia del tercero de la tarde, un animal por el que nadie daba un duro y por el que él había apostado fuerte. Los de siempre (el 7), se tomaron a pitorreo el brindis no haciéndole ni caso y cinco minutos después tuvieron que esconder el rabo entre las piernas y admitir que se habían equivocado con Fandiño y con el toro. Con este acto quedó demostrado que los que se las dan de tan buenos aficionados, en el fondo no lo son tanto. Se equivocaron. Fandiño cuajó al toro por el excelente pitón derecho que tenía el toro en varias series rotundas y vitoreadas por el público. Por el izquierdo no tenía ni uno pero los amigos del siete, que tanto entienden, no lo habían visto. Obligaron a Iván a que lo probase por ese lado y este les hizo caso, cometiendo un gran error. Ahí bajó y se enfrió la faena. Después vino el desconcierto y Fandiño pinchó en varias ocasiones, perdiéndo el o los trofeos. Si le mata de una buena estocada le habían pedido las dos orejas. Aun así yo pienso que era faena de una oreja en Madrid. El caso es que los de siempre reventaron a su manera otra faena. Tonto Fandiño por hacerles caso. Un torero con su trayectoria, forjado a sangre y fuego, no debe hacer caso a cuatro malos aficionados, sobre todo cuando todo el mundo (menos ellos) habíamos visto que el toro por el izquierdo no tenía ninguna opción. Aun así Iván saludó una ovación a la muerte del toro. Con el sexto nada pudo hacer, lo mismo que José Luis Moreno, que sorteó dos toros sin posibilidades. El primero echó la persiana demasiado pronto y el cuarto fue imposible. Aun así, le ví algo desangelado y triste, hasta medroso en ocasiones. Y es que estas corridas desgastan mucho...

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