jueves, 7 de junio de 2012

Madrid, corrida extraordinaria de Beneficencia 2012. Talavante abre la puerta grande...

Plaza de toros de Las Ventas. Toros de Núñez del Cuvillo y Victoriano del Río (3º y 4º). Morante de la Puebla, silencio y pitos; José María Manzanares, silencio y silencio y A    Madrid, 6 de junio de 2012. Toros de Núñez del Cuvillo y Victoriano del Río (3º y 4º), desiguales de presentación. Segundo y quinto más lavados de cara. 1º) Manejable. 2º) Manso, encastado. 3º) Bravo, encastado. 4º) Brusco, bruto. 5º) Geniudo, sin clase. 6º) Bueno por el pitón derecho. MORANTE DE LA PUEBLA: Silencio y bronca; MANZANARES: Silencio en ambos; y ALEJANDRO TALAVANTE: Oreja y oreja. Entrada: Lleno de "No hay billetes". Preside la corrida desde el Palco Real la Infanta Doña Elena -a quienes los tres toreros brindaron sus primeros toros-, acompañada de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, y Ana Botella, alcaldesa de la ciudad. Las dos rayas concéntricas del tercio lucieron color rojo por expreso deseo de Morante de la Puebla.


Ayer miércoles no pude ver la corrida de la Beneficencia en directo. Me la perdí por causa de mi trabajo, pero intuyendo que algo gordo iba a pasar, antes de salir de casa le dí al rec y la puse a grabar. Esta tarde, en la tranquilidad de mi salón y sabiendo ya algo de lo que había pasado, me he puesto a verla. Y lo que he visto me ha gustado, aunque no todo. He disfrutado mucho con Alejandro Talavante. Este torero se encuentra en un momento brutal de técnica, confianza y valor. Ayer estuvo rotundo con sus dos toros. Todo fue pronto y en la mano. No le pienso poner ni un pero. Anduvo fenomenal con el buen tercero y extraordinario con el no tan fácil sexto. Este toro tenía sus teclas y pedía tener delante un torero de verdad. Talavante enfrió la cabeza y encendió el corazón. A muchos de los que comparten escalafón con Alejandro hoy día, este animal les habría sacado los colores. Ese sexto de Cuvillo, bueno por el pitón derecho, tenía su puntito de genio. Talavante fue paciente y le dió lo que necesitaba: temple y mando. Los premios fueron justos y la salida por la puerta grande merecidísima. Y eso que Alejandro siempre ha parecido ñoño y frágil. Ja. Gran tarde de Talavante ayer con dos faenas muy del gusto de Madrid y muy del gusto del aficionado de verdad, no del tiquismiquis y protestón que habita siempre en el mismo tendido. Morante y Manzanares no tuvieon suerte ni con los toros ni con cierto sector de público; ya sabeis, el que revienta las faenas. Ambos toreros pecharon con dos lotes mansos y bruscos, a excepción del primer toro de Morante que fue dulcecito pero que no duró ni un suspiro. El quite por chicuelas de Morante al cuarto fue una pinturería al servicio del arte añejo. Por un momento ví a Belmonte entre los vuelos del capote de Morante. La plaza se puso boca abajo. Tan sólo eso y dos series con gusto por el pitón derecho al primero. Nada más. El precio de la entrada ya había merecido la pena para muchos aunque el toreo caro lo pusiera Talavante. Manzanares no estuvo a gusto con ninguno de sus dos toros, dos marrajos mansos e infumables. Yo que él habría abreviado más. Hubiera bastado con quitarles las moscas y entrar a matar. Vamos, andar con ellos y para el desolladero. Eso sí, dejó dos estocadas made in Manzanares. Dos puñetazos al hoyo de las agujas que le reafirman como el mejor estoqueador del momento. Me defraudó en parte la corrida de Cuvillo, con algunos toros mal presentados a mi juicio. Muy lavaditos, con caritas de niños. Sólo destaco al sexto por su buen pitón derecho y su movilidad. El toro arreaba de veras. De los de Victoriano me gustó el noble tercero. Bueno por los dos pitones aunque sin terminar de rematar los muletazos. A la puerta grande de David Mora el día anterior, se sumaba la de Alejandro Talavante ayer. Menos mal porque la afición de Madrid estaba loca por ver algo rotundo de verdad, a ser posible con matadores de toros en el cartel. Por cierto, felicito a Antonio Corbacho por sus declaraciones de ayer en los micrófonos de Canal Plus. Corbacho vino a decir que sentía vergüenza de "cierto sector del público de Madrid" y que creía firmemente que el sol que da en algún tendido afecta a las cabezas de los que se sientan en él ya que no paran de chillar y protestar durante toda la tarde. Chapó Antonio. Nadie mejor que tú podría haber explicado tan bien la condición de estos pseudoaficionados que tarde tras tarde se creen los únicos y auténticos poseedores de la verdad. La suya claro, que no la del resto de los aficionados.

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