domingo, 17 de junio de 2012

Bilbao, 16 de Junio de 2012. Fandiño aprueba con nota...

Bilbao, 16 de junio de 2012. Toros, por este orden, de La Quinta -noble, móvil, sin entrega-, Partido de Resina -noble, a menos-, Victorino Martín -bueno, encastado-, Torrestrella -bravo en varas, sin clase en la muleta-, El Cortijillo -(sobrero fuera de concurso que reemplazó al titular de Torrealta, devuelto por flojo), móvil, sin clase- y Alcurrucén -bravo en varas, a menos en la muleta-. IVÁN FANDIÑO, como único espada: Ovación con saludos, silencio, ovación con saludos tras petición mayoritaria de oreja, silencio, ovación con saludos tras petición y silencio. Entrada: Un tercio.
-Premio al toro más bravo, concedido por la Junta Administrativa y el Club Cocherito: Pocosueño, nº 93, de 546 kg, nacido en abril de 2008 y del hierro de Torrestrella.
-Premio al mejor puyazo, concedido por el Club Cocherito: Desierto.


 En honor a la verdad, he de decir que me gustó mucho la corrida de ayer en Bilbao. Me pareció muy entretenida a pesar de que las corridas de seis toros para un único espada me suelen aburrir. Pero ayer era distinto. En el cartel estaba uno de los mejores toreros del escalafón: Iván Fandiño. El gesto del torero de Orduña ha sido para tenerlo en cuenta durante mucho tiempo. Él, que ya se encuentra en el circuito de las ferias y que goza de una posición relativamente cómoda no tenía necesidad de hacer lo de ayer. Pero lo hizo. Y además, con cuatro toros de ganaderías que hoy en día las figuras no quieren ver ni en pintura. Ganaderías de esas que el aficionado llama "duras". Los otros dos más "comerciales", de Torrestrella y Torrealta, que no suelen ser ganaderías muy temidas por las figuras, últimamente tampoco estos les dan coba. Fandiño estuvo ayer impecable. Sensacional para mi gusto. Pudo con todos sus enemigos y demostró que es uno de los toreros más en forma del escalafón. Exprimió al máximo a todos sus toros y fue capaz de sacarle a estos mucho más de lo que tenían, a pesar de que con los dos últimos animales se le vió algo más breve y aburrido. Quizá en ese momento la tarde ya pesaba demasiado. Fandiño ya no está tieso como hace unos años y por eso su gesta fue muy grande. La nota negativa fue la poca presencia de público. Tan sólo acudieron a la cita unas cuatro mil personas, un cuarto del aforo total de la plaza de toros de Bilbao. Una pena y una auténtica encerrona del aficionado para con el torero vasco. Habrá que preguntarse porqué no fue la gente, aunque me lo puedo imaginar. El resultado en trofeos no fue lo importante, porque a pesar de no haber cortado ni una oreja, el cómputo global de su actuación fue muy satisfactoria. Pudo cortarle una oreja al primero de La Quinta si no llega a fallar con la espada. Le debieron dar la oreja del tercero, el de Victorino, que a mi juicio fue el mejor toro de la tarde, pero Matías, el omnipresente presidente de la plaza de toros de Bilbao se la virló injustamente. Es cierto que pinchó en una primera entrada a matar, pero por suerte, en la siguiente dejó un estoconazo que acabó de manera fulminante con la vida del victorino. La petición era mayoritaria, pero como digo, Matías aprovechó su momento de gloria. Quizás no sepa que la primera oreja es del público y que este la pidió mayoritariamente. Lamentable Matías. Y lamentable aguantando hasta el tercio de banderillas al inválido toro de Torrealta. No era necesario porque el pobre animal no se tenía en pié desde el tercer capotazo de salida. Ganas de cabrear al personal. El resto de animales no ofrecieron posibilidades algunas. Algunos de ellos, como los de Torrestrella y Alcurrucén, aunque fueron bravos en varas, luego dijeron que nanai y echaron la persiana acabándose ambos muy pronto. No estoy de acuerdo con el premio al toro más bravo concedido al de Torrestrella. Para mí el mejor y más bravo en el caballo fue el de Alcurrucén, aunque luego no terminara de rematar en la muleta. El de Victorino también me gustó, y aunque no hizo buena pelea en el caballo, fue el único que humilló de verdad y se dejó en la muleta. Tampoco me pareció bién que dejaran desierto el premio al mejor puyazo, más que nada porque Juan José Esquivel, que picó al bravo cuarto de Torrestrella, completó un tercio de varas impresionante. En el sexto, el de Alcurrucén, también se vió una emocionante pelea en el caballo. Fandiño estuvo muy generoso con el espectáculo toda la tarde, colocando a los toros muy de lejos en el caballo. Quería enseñarlos y así lo hizo. Como debe de ser en este tipo de corridas concurso. En resumen: me pareció una tarde muy entretenida con un torero que está en su mejor momento y que pese a la oposición que está sufriendo por parte de compañeros y empresas se está reivindicando como uno de los pocos toreros que merece la pena seguir.

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