domingo, 24 de abril de 2011

Madrid. Domingo de Resurrección 2011. Aburrimiento total.

Lo de casi siempre. Aburrimiento sin parangón. Sopor, hastío. Sólo tres verónicas, una media y cuatro muletazos buenos en el inicio de faena de Curro Díaz al primero. Algunas cositas, pocas, de Leandro en el quinto, que fue el único toro que tuvo algunas buenas embestidas por ambos pitones. Fue un espejismo porque en un momento se diluyó todo. El toro echó la persiana y dijo que no había para más. Morenito no tuvo suerte con ninguno de los dos. Los toros de Los Recitales dejaron mucho que desear. Mansos, descastados, sin emoción..., vamos lo de casi siempre. Yo, como aficionado, estoy un poco harto de ver siempre lo mismo. El nivel de mi afición baja cuando veo corridas como la de esta tarde. Se están cargando la fiesta. Se están cargando el toro. Y el toro hay que cuidarlo y recuperarlo. Sin toro no hay nada. Bueno sí, aburrimiento. Desilusión. Incluso pocas ganas de seguir escribiendo de algo que no emociona. Hubo demasiada gente (media plaza), para presenciar tal desastre. En el toro, como en el fútbol se hace con los árbitros, deberían meter en la nevera durante un tiempo aquello que no vale. Los Recitales no deberían volver por Madrid en mucho tiempo.

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