jueves, 2 de febrero de 2017

El reparto...

Segunda parte de mis sueños utópicos: el reparto de los dineros. Si en mi anterior artículo defendía la idea de que la Tauromaquia fuera un espectáculo autosuficiente económicamente hablando -tanto para no recibir de la Administración como para tampoco dar a la misma-, ahora rizo más el rizo y vuelo aún más alto.
Y es que en esa misma línea de la autosuficiencia, pienso -utópicamente claro-, que todos los estamentos taurinos deberían repartir sus honorarios en función del único y exclusivo ingreso de la taquilla del festejo en cuestión. Y cuando hablo de estamentos taurinos me refiero a todos: empresario, toreros y ganaderos. Tanto los de arriba como los de abajo. Más o menos lo que viene siendo el moverse según la oferta y la demanda.
No creo en los cachés. Sí, en esos que se imponen muchos integrantes de este espectáculo. Cachés desorbitados a los que pocas empresas pueden hacer frente sin que haya pérdidas. Siempre he pensado que el dinero que ganan los toreros y los ganaderos es poco comparado con el sacrificio constante de estar jugándote la vida cada tarde o el estar cuatro años criando a un toro con todo el mimo del mundo respectivamente. Pero la realidad es otra. La realidad es bien distinta y hay que adecuarse a ella.
Por tanto no me canso de repetir que se debería cobrar según lo que se genere. A más público más dinero para los componentes del espectáculo. A menos público e interés meno dineros para todos. Eso sí: como decían los toreros antiguos, que por otra parte lo hacían y por tanto predicaban con el ejemplo, el último céntimo siempre para el empresario, porque esto va a permitir que se puedan realizar en el futuro más espectáculos taurinos en el mismo sitio o en otros. Si el que monta todo este tinglado al final se queda tieso, malamente se va a poder hacer nada en un futuro. Algo que por otra parte y por desgracia hemos visto muchas veces.
Todo es tan fácil como repartir el pastel en partes iguales y así todos tan contentos. O no claro, según lo que haya en el tendido. Pero eso ya depende del ingenio del que monte esto y del interés que generen tanto ganadería como toreros anunciados. Entiendo que las figuras del toreo no quieran ir nada más que a sitios grandes. Plazas grandes, pueblos grandes. Siempre lo han hecho. Y lo han hecho porque a más gente más probabilidad de ganar más dinero. No pido con esto que esas mismas figuras vayan a pueblos pequeños porque eso no va a ocurrir. Pido que sigan yendo a esos pueblos medianamente grandes -que los hay y muchos-, porque en gran parte en sus manos está salvar la Fiesta de la desaparición en muchos sitios. Los grandes toreros de la historia han ido a esos pueblos. Y se notaba. Si había que cobrar menos que en las plazas de relumbrón no pasaba nada. El fin justificaba los medios.
Repito que en estos tiempos tan críticos para la Tauromaquia no creo en los cachés desorbitados e injustificados. Y repito también que toda esta parrafada forma parte de mis sueños utópicos. No tienes por qué creerlo. Para el que aún así lo siga dudando, he de decirle que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia...  

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