sábado, 15 de octubre de 2016

Muerte a la vida...

Indignante. Bochornoso. Repugnante. Vergonzoso. Triste. Rastrero. Amoral. Vejatorio. Cobarde. Injusto. Insultante. Ruin. Esperpéntico. Sorprendente. Lamentable. Asqueroso. Vomitivo. Venenoso. Inhumano. Cruel. Penoso. Se me acaban los adjetivos ante la última fechoría de una antitaurina/animalista, esta vez contra el inocente niño valenciano Adrián. ¿Su delito? Amar al mundo del toro y soñar con ser torero. ¿Su castigo? Padecer una enfermedad injusta que ningún niño debería tener.
Basta ya. Esto es lo nunca visto. Si con la muerte del malogrado Víctor Barrio tuvimos que aguantar las injustas vejaciones de varios antitaurinos hacia su persona y familia, ahora con el caso del pequeño Adrián han vuelto a la carga. Yo no voy a generalizar. Me consta que no todos los antitaurinos y animalistas anteponen la vida de los animales por delante de la de las personas. Aunque cada vez lo dudo más. Me consta que no todos los antitaurinos y animalistas les desean la muerte a los toreros y a todos aquellos a los que nos gustan los toros. Pero por desgracia cada vez lo dudo más también. Lo que tengo claro es que esos energúmenos que anteponen la vida animal a la humana y que desean la muerte de los toreros y de en este caso el pequeño Adrián, están dejando en muy mal lugar a su colectivo. Repito: no generalizo. Unos pocos se están encargando de ensuciar una ideología que con el respeto por bandera no debería ser ofensiva para nadie. Por si fuera poco, encima tenemos que aguantar la tibieza del partido Pacma a la hora de condenar estos actos. Y es que para ellos siempre hay un “pero” que justifica determinados actos.
Déjennos en paz. Métanse en sus asuntos. Váyanse al carajo. La Tauromaquia es un espectáculo LEGAL. No tienen derecho a decirnos nada. No tienen derecho a insinuarnos nada. Respeten a los demás. No se escondan detrás de las redes sociales. Den la cara. Olvidennos. Los taurinos no nos metemos con ustedes. Hagan ustedes lo mismo.
Visto por la otra cara, cada ataque feroz del colectivo antitaurino hasta incluso nos beneficia Con estas salidas de tono de estos individuos, son ellos mismos los que se retratan. Son ellos mismos los que quedan como inhumanos. Nosotros somos las víctimas. Los que todo lo aguantamos. Nosotros sí que somos humanos. Repito: no generalizo, pero dejan a su colectivo en un lugar soporífero. Invariablemente, pagan justos por pecadores. Así ha sido siempre.
¿Desde cuándo la vida de un animal ha valido más que la de una persona? ¿Desde cuándo se ha deseado la muerte de un niño sólo por que le gusten los toros? ¿Es esta la sociedad que queremos para nuestros hijos? Aborrezco la crueldad y la falta de escrúpulos de esta especie de “seres humanos” que coavitan día a día con nosotros.
¿Maltrato animal? El verdadero maltrato animal es precisamente despojar de forma voluntaria a los animales de su innata animalidad para concederles una humanidad que no tienen y jamás han tenido. El verdadero maltrato animal es quitarle a ese animal su instinto para imponerle una sensibilidad y un raciocinio que no tiene. Un animal es un animal. Por tanto no le busquen cinco pies al gato porque sólo tiene cuatro.
Yo quiero a los animales. En especial al toro bravo. Respeto que haya gente que prefiera no comer con tal de que coman sus perros o sus gatos. Respeto que haya gente que meta a su mascota a dormir en la cama con ellos. El amor que cada persona dispensa es libre y voluntario. Lo que no acepto es que la vida animal valga más que la humana. Lo que no acepto es que haya gente que desee la muerte a alguien sólo por el hecho de ser taurino. No acepto que nos llamen asesinos. No lo acepto y no lo respeto. Las leyes y las normas de convivencia están para cumplirlas. Si nos las saltamos a la torera cuando nos apetezca mal vamos.
Debemos denunciar este tipo de abusos. Por suerte la ley nos ampara. Por suerte tenemos a la

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