miércoles, 2 de marzo de 2016

La gaseosa también explota...

Hace unos días me indigné. Y mucho. Resulta que al Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, capitaneado por don Manuel Ángel Fernández, se le ha ocurrido la genial idea de que el tercer puesto de la corrida de Beneficencia de este 2016 lo elija el aficionado por votación popular. Digo que me parece genial porque lo es, pero en vez de sólo ese tercer puesto de un cartel ya hecho de antemano, el aficionado debería elegir los tres toreros y la ganadería a lidiar esa tarde. Es decir: el cartel completo según transcurra la Feria de San Isidro. Eso sería lo ideal, pero a falta de pan buenas son tortas. Nos conformamos con muy poco. El caso es que de inmediato, el portal taurino Mundotoro publicó un editorial poco menos que indignante para el aficionado. El título de dicho editorial era “Gaseosa en Beneficencia”. Venían a decir más o menos que eso de que el aficionado decida un puesto en el cartel de Beneficencia era una ocurrencia sin sentido por parte del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid. Una medida “populista”, decía el artículo. Añadían además que hay que tener cuidado con ciertos “experimentos”. Indignante. A mí, como aficionado, el argumento de dicho portal me sentó como una patada en los mismísimos. Ahora va a resultar que el aficionado es tonto y que los únicos listos en el mundo son los taurinos y su prensa afín. El aficionado no puede opinar de nada y el taurineo debe decidirlo todo. Muy bonito. Por si se les ha olvidado, hay que recordarles que el aficionado es el que mantiene este espectáculo con su dinero. El mundo del toro se sustenta casi exclusivamente con el pago de las entradas, y es el aficionado el que se rasca el bolsillo para que esto siga. Por tanto, tiene derecho a opinar y a decidir. Tenemos el ejemplo claro de Francia: allí, en la práctica totalidad de las plazas de toros, es el aficionado el que decide y organiza todo lo referente a los espectáculos taurinos a través de las comisiones taurinas. Y se nota para bien. Que yo sepa ninguna de esas Ferias ha sido calamitosa por la participación del aficionado. Al contrario, lo que viene a demostrar que este está capacitado para mucho más de lo que muchos taurinos creen. Aquí en España no pasa eso, salvo en muy contadas excepciones. Y se nota para mal. Ahí están las diferencias entre ambos países. Aquí no solo no decide nada el aficionado, sino que cuando se le quiere preguntar por su opinión, el taurineo reinante pone el grito en el cielo. ¡Cómo va a decidir el aficionado! Faltaría más. Claro, nosotros es que somos tontos. Como pagamos dinerales por entradas y nos sentamos al sol y en la piedra, somos tontos. Son más listos los que están en los callejones sin pagar un céntimo. Y por supuesto saben más de toros que todos los aficionados habidos y por haber. Cuántas cosas hay que ver. En fin, lo de siempre. Esto da la sensación de que es una tarta para unos pocos. En el momento en el que el aficionado quiere coger un trozo, por muy pequeño que sea, se le atiran los leones. Pues muy bien. Sigamos así. Lo de siempre. Entiendo que la mayoría de la prensa taurina se deba a toreros y empresarios, pero no es menos cierto que es el aficionado es el que con sus visitas hace que un portal taurino sea rentable o no económicamente. Si nadie lo ve, nadie se publicita. Así de simple. Por eso me cabrea que Mundotoro ninguneé al aficionado de esta manera, cosa que no me debería de sorprender conociendo como todos conocemos cuál es la política periodística del mismo y de su director. Pero no sólo es este portal en cuestión. La mayoría de toreros, empresarios, apoderados, etc, ningunean al aficionado y juegan con su ilusión. Toda paciencia tiene un límite y es probable que algún día el aficionado se canse de ser tonto y decida no pasar más por taquilla. Entonces todos nos lamentaremos, pero sobretodo los que viven de la Fiesta, que es lo mismo que decir los que viven del aficionado. Cuidado con los experimentos. Cuidado con las ocurrencias. Cuidado con los populismos porque estos suelen tener más fuerza que la que tienen los pocos “elegidos” que están instalados en sus cómodos callejones. La gaseosa también explota...

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