viernes, 13 de junio de 2014

Miedo y asco en Las Ventas...

Voy a olvidarme de mis notas. No voy a hacer caso de los casi tres folios de datos, trofeos y sucesos reseñables tanto positivos como negativos. Voy a dejarme llevar por las sensaciones. Por las emociones. Por los recuerdos. Si en este momento me pongo a pensar en la recién terminada Feria de San Isidro 2014, no puedo evitar que en mi mente aparezcan dos palabras: miedo y asco. Miedo porque lo he sentido muchas tardes. Miedo del malo. Ese que te atenaza y te hace preguntarte porqué amas tanto esta Fiesta. Ese que pasado un rato de confusión te recuerda que sin él esto no tendría sentido. Ese que pasado un mes todavía te hace sudar. Lo sentí en la Goyesca del 2 de mayo con varios toros de El Cortijillo y dos tíos como Urdiales y Ferrera jugándose la vida. Lo sentí con la encastada y brava corrida de Parladé el día 13 de mayo. Me abofeteó la cara de mala manera el día 20 con el cornalón a David Mora, la lesión de Antonio Nazaré y las heridas del siempre desasosegante Jiménez Fortes. Miedo que también trajo Alberto Lamelas en su coche de cuadrillas a Las Ventas el día 25. Ese mismo miedo me recordó que a veces le gusta vestir de blanco y plata y llamarse Miguel Abellán. Lo vi también en la melancólica cara de Paco Ureña, cuyo muslo izquierdo fue traspasado esa misma fatídica tarde del día 30 de mayo. Miedo con José Carlos Venegas y el fiero "Macetero" de Cuadri que hizo sexto y que cogió de mala manera al joven torero jienense. Y miedo, lo que se dice miedo, el día de la de Victorino por el conjunto de la tarde. Me preguntareis a qué viene lo del asco. Muy fácil. Madrid ha perdido el rumbo. Madrid ya no tiene criterio. Ese que era exclusivo de la primera plaza del mundo y que se tomaba como referencia en el orbe taurino. Y es que el público de Las Ventas, o al menos un sector muy grande, se ha equivocado gravemente este San Isidro. Me explico: se han pedido orejas que no se deberían haber pedido, como algunas que le han sobrado a Perera, Juli y Daniel Luque. Y lo peor no es eso. Lo perverso es que se han concedido. Se han aplaudido toros en el arrastre que no se lo merecieron, como a algunos de Victorino el pasado 6 de junio. Se ha pitado a toreros que lo mínimo que merecían era silencio y respeto, como Ferrera y Aguilar el día de la de Victorino. Han volado almohadillas cuando nunca debieron hacerlo. Y se han ignorado faenas cuyo premio era una fuerte ovación, como la de Diego Urdiales al 5º la tarde de los toros de Adolfo. Sinceramente no sé dónde está ese público de Madrid tan supuestamente sabio. Ese público de Madrid sensible y entendido del que todos hemos aprendido algo alguna vez. Probablemente se haya perdido para siempre. O en el mejor de los casos se haya diluido merced a las nuevas y modernas influencias del actual taurineo recalcitrante y de los neo aficionados cuya mente se ofusca cada tarde con el olor del clavel. Ni lo sé ni lo entiendo. Tampoco seré yo el que busque la solución a los males de la afición de Madrid. Con su pan se lo coman. En lo artístico y, empezando por el Rey de esta Fiesta, he de decir que me han gustado varios toros sueltos y pocas corridas completas. Tan sólo la de Parladé ha destacado enteramente por ser en su conjunto brava y encastada. Ni que decir tiene que a mí me encantó. De hecho, ha sido declarada la mejor corrida en conjunto de la Feria. Y en cuanto a animales sueltos, rescato al 2º bis de El Vellosino el día 10, el 1º y 6º de la corrida de Victoriano del Río del día 15, el extraordinario novillo de El Montecillo de nombre "Ilustrado" lidiado en 4º lugar el día 19 por Francisco José Espada (para mí el mejor animal de la Feria), el 2º de la corrida de Juan Pedro Domecq, el 2º y 3º de la segunda corrida de Victoriano del Río el día 23, el 1º y 3º de Fuente Ymbro el día 27, el 1º y sobretodo el encastado 2º de nombre "Tomillero" de Baltasar Ibán, el 5º toro de la corrida de Montealto, el fiero "Macetero" de Cuadri (6º), el 1º y sobretodo el 6º de Adolfo Martín de nombre "Revoltoso", el 5º de Alcurrucén en la corrida de Beneficencia, el 2º, el importantísimo 3º de nombre "Cartuchero" (premio al toro más bravo) y el 6º de la corrida de El Puerto de San Lorenzo, el 3º de Victorino de nombre "Vengativo" y el 5º por fieros y encastados pero imposibles para hacer el toreo y 2º, 3º (de nombre "Zahonero") y 4º de la reciente corrida de Miura. De todos los que he citado me quedo sin duda con el novillo "Ilustrado" de El Montecillo, con "Cartuchero" de El Puerto y con "Zahonero" de Miura, el cual ha sido el único toro al que se le ha pedido la vuelta al ruedo. En el apartado de los toreros, he de decir que me quedo con las actuaciones de Juan del Álamo el día 10 por una faena que para mí fue de dos orejas pero que el público no lo supo ver y sólo le pidió una, los novilleros Francisco José Espada, Gonzalo Caballero y Román ( este en su primera novillada), Iván Fandiño el día de su puerta grande con la corrida de Parladé (el día de la Beneficencia le cortó una oreja al 5º de Alcurrucén que a mi parecer era toro de dos orejas), Ponce con su segundo toro el día 15, Talavante con su primero el día 22, Eugenio de Mora y Alberto Lamelas el día 25, Uceda Leal con su primer toro el día 27, Miguel Abellán y Paco Ureña en la accidentada corrida del día 30, Alberto Aguilar en sus dos tardes, José Carlos Venegas el día de la de Cuadri, Diego Urdiales el día de la de Adolfo, Daniel Luque el día de la de El Puerto de San Lorenzo y Antonio Ferrera el día de Victorino. Te preguntarás que pienso de lo de Miguel Ángel Perera. A decir verdad no me disgustó del todo. Estuvo valiente, poderoso y muy templado las dos tardes. No lo niego. Lo que me resisto a reconocer es su falta de pureza, esa que le sobró por ejemplo a Diego Urdiales el día de la de Adolfo, casualmente compartiendo cartel con el torero extremeño. A Perera no le perdono que un torero tan valiente y capaz como él se empeñe en hacer un toreo de pierna retrasada y escondida. Y se lo recrimino porque él es capaz de no hacerlo y lo hace sin parar, convirtiendo una costumbre en una perversión. Además, el día de la corrida de Victoriano del Río debió salir con una oreja y no con tres. La segunda oreja del 3º fue excesiva y la del 6º no se le debió conceder puesto que no fue faena para ello. Al menos en Madrid. Y en la de Adolfo debió cortarle una sólo al 6º y no dos, premio excesivo a su labor ante ese toro de nombre "Revoltoso". Aún así, no soy necio y reconozco que ha sido uno de los toreros más importantes de la Feria, en mi opinión, junto a Juan del Álamo, Fandiño, Miguel Abellán y Diego Urdiales. La pureza en los naturales de este último el día de la de Adofo aún me sigue despertando por las noches. Y es que sin lugar a dudas es lo mejor que he visto en este raro San Isidro que acaba de terminar. Eso y las agallas de Abellán, que vino a tapar bocas y las tapó. Poco o casi nada más he de decir ya. Bueno sí, que la Feria ha sido un éxito de asistencia de público. Afortunada o desgraciadamente todo se ha consumado. En mi mente sólo queda un deseo: que la afición de Las Ventas recupere la cordura. Que vuelva a ser justa y exigente. Que no se deje engañar. Aquí no valen los trucos de trileros. Esto es de verdad y como tal se debe valorar. Ojalá que se solucione pronto, porque si no, podremos decir con todas sus interpretaciones posibles, las literales y las figuradas, aquel dicho tan famoso y consabido de "adiós Madrid"...

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