domingo, 5 de enero de 2014

La modernización de la Fiesta...

Me hace gracia cuando oigo por ahí a ciertos taurinos y periodistas decir que la Fiesta tiene que modernizarse. Soy así. No puedo evitar reírme. Y me rio porque estoy cansado de escuchar tantas bobadas de aquellos que se creen los dueños del cortijo. Imagino que a ti, aficionado cabal, te ocurre lo mismo. A veces no sé lo que realmente quieren. Dicen los que teóricamente saben de esto, que la Fiesta está muy anticuada, que se sigue ofreciendo el mismo espectáculo que se le ofrecía a nuestros abuelos hace cincuenta años, que no se puede permitir que en pleno siglo XXI demos una imagen más propia del XVIII o XIX, que el aficionado de hoy no puede seguir sentándose en la misma piedra que nuestros antepasados para ver un espectáculo sangriento y bárbaro como el que se veía mucho tiempo atrás, que se debe adaptar el espectáculo de los toros a los tiempos actuales para atraer a un público joven que una y otra vez reniega de ir a una plaza de toros. Y yo me pregunto: ¿ qué es lo que quieren, señores guardianes de la Fiesta? ¿Cuáles son esas modernizaciones que sueñan con introducir? ¿Acaso a la Fiesta se le puede modificar y/o suavizar todavía más de lo que ya se ha hecho en los últimos años? Sinceramente creo que no. A muchos de esos taurinos que todo lo saben se les olvida que este espectáculo comenzó siendo allá por la Edad Media una lucha entre un hombre -primero a caballo y luego a pié y a caballo- y una fiera salvaje como era en su momento el toro. Y digo bien: era. Lo que atrajo realmente al pueblo de este espectáculo fue precisamente eso: la lucha, el enfrentamiento, el ver cómo un hombre podía dominar a una fiera -o al revés- y ser capaz de crear arte. Evidentemente soy consciente de que no estamos en la Edad Media. Ni siquiera en el siglo XIX. Pero de ahí a querer un espectáculo "moderno" va un trecho. La Fiesta ha ido evolucionando poco a poco. Unas veces por si misma y otras por imposición de los que la han dominado durante muchos años. Las figuras del toreo de todas las épocas se han encargado de modificar poco a poco al toro hasta dar con uno del gusto de ellos, que no del aficionado. ¿Te parece poco cambio ese? ¿No es suficiente que un puñado de toreros hayan convertido un espectáculo auténtico y verdadero en otro descafeinado y aburrido? ¿Acaso no es bastante que hayan desaparecido, por la marginación a la que se han visto sometidos, multitud de ganaderías y encastes que en otros tiempos dominaban la Fiesta? Amigo, para algunos eso no es suficiente. ¿No es cierto que otros espectáculos, como el fútbol o el baloncesto por citar algunos, conservan la misma esencia que tenían hace cincuenta años? Evidentemente sí. ¿Por qué entonces hemos cambiado la esencia del nuestro? ¿Por qué entonces queremos seguir minando todavía más la Tauromaquia? El reglamento taurino, al igual que el de muchos otros espectáculos, ha ido modificándose en post de la modernidad que ha ido viniendo y si por ejemplo ya no se juega al fútbol con un balón de trapo y existen los fuera de juego, tampoco se pica a los toros sin peto. Así de simple. A veces pienso que los que mandan y opinan en el mundo del toro quieren modernizar la Fiesta cambiando el toro de carne y hueso por uno de plástico teledirigido desde el callejón. Que quieren eliminar la sangre a toda costa y hacer que esto sea un espectáculo light, por si no lo fuera ya bastante. Yo no me considero ni un bárbaro ni mucho menos un sádico. Yo lo que no quiero es que muera todavía más la esencia de nuestra Fiesta. Créeme amigo: la sangre o el supuesto "maltrato animal" del que se quejan muchos jóvenes no es la causa de que estos no vayan a las plazas. El motivo es otro. Son otros. Principalmente uno: la crisis de valores que sufre nuestra sociedad hoy en día. Unos valores que se encuentran en la Tauromaquia y en ningún sitio más. Y es innegable que otra crisis, la económica, junto con la abundante oferta de ocio que actualmente tenemos a nuestro alcance, hace que la Fiesta sea a día de hoy para los jóvenes una opción muy remota. Por tanto amigos taurinos, dejen ya de decir lo de la consabida "modernización de la Fiesta", porque este no es el motivo de la falta de público en las plazas. Hagan lo que está al alcance de su mano. Bajen el precio de las entradas. Configuren carteles atractivos para el aficionado, no marginen encastes y ganaderías. El que ama esta Fiesta y los valores que refleja seguirá yendo a una plaza de toros. El que ama este espectáculo seguirá sentándose en una piedra al sol mientras siga viendo algo verdadero en el ruedo. El día que no esto no pase se vaciarán definitivamente las plazas, cosa que por desgracia ya está ocurriendo. A mí me está ocurriendo. Y esto es sólo mi opinión. Puede que no sea la tuya. Así que por favor señores taurinos, dejen ya de joder con la pelota...

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