miércoles, 7 de noviembre de 2012

El G10 ya es historia...

Hace tan sólo unos días, concretamente el pasado 30 de octubre, el diestro José María Manzanares anunciaba en una entrevista al portal taurino mediaverónica.com que el G10 se había acabado para siempre. En mi anterior post ya dije que el tan polémico grupo no tenía mucho futuro y que en las próximas fechas se seguirían produciendo bajas en él. Unas bajas que iniciaron Cayetano con su retirada, El Cid y El Fandi como primeros en dar el paso y en los últimos días Morante, Talavante y el propio Manzanares. Total, que ante la desbandada general de la mayoria de los miembros del G10, sólo han quedado el instigador de toda esta trama (El Juli), su más fiel seguidor y máximo perjudicado por la brillante idea de su amigo (Perera), César Jiménez, sin ninguna fuerza decisiva en los despachos a día de hoy y Enrique Ponce, que no se ha complicado mucho la vida y ha ido por libre. Asímismo se ha roto el contrato con All Sport Media que gestionaba los derechos de imágen de los toreros. Pero esto último no es tan fácil ya que había una serie de cláusulas que ahora posiblemente se tengan que deshacer en los tribunales. ASM en concreto, ha demostrado su falta de conocimiento en temas taurinos, no dando un palo a derechas y liando mucho más la madeja, sin nadie que haya salido a explicar nada y sin intermediarios con la prensa. El Juli, en una entrevista reciente en el programa Tendido Cero, ha argumentado ante esta desbandada de sus compañeros del G10 que si hay toreros que prefieren no mirar por un futuro mejor en la fiesta con tal de estar en cualquier feria taurina es su problema. Esa ha sido su explicación a la ruprtura del G10. ¿Curioso no? A mi entender, no es muy loable que ahora, enfadado porque su "proyecto" se ha ido al garete, se enfade y critique a los que hasta hace muy pocos días eran sus cómplices en esta aventura. Y ahora digo yo: ¿ha merecido la pena tanto lío para acabar así? ¿Tanta exigencia para que en un año se vaya todo al carajo? Sinceramente creo que no. La fiesta no necesita de asociaciones de figuras que exijan cobrar todos aunque sólo toreen unos pocos en las ferias. La fiesta no necesita de asociaciones de figuras que pongan por las nubes el precio de su imágen amparándose en que tienen derecho a salir o no en la televisión. Conforme está hoy en día la fiesta de los toros, la televisión es una bendición para la promoción de la misma. La fiesta no necesita a un torero que se crea el ombligo del mundo y revolucione todo este tinglado que lleva tantos años funcionando para sacar provecho y ganar más dinero. Y encima perjudicando a muchos compañeros. El torero que no quiera televisión lo tiene fácil. Se queda en su casa y punto. La fiesta lo que necesita es emoción, casta y bravura en los toros y precios asequibles en las entradas. Esto es lo que necesita. Y esto precisamente es lo que no está pasando. La fiesta lo que necesita es que esas figuras del toreo de las que se dice que son un portento de técnica y conocimiento del toro, se enfrenten a animales realmente encastados y no al toro doméstico que ellos eligen previamente entre un ramillete muy limitado de ganaderías. El Juli es un portento de técnica, si, lo reconozco. ¿Por qué en vez de montar todos estos líos de imágen no mata ganaderías más duras y encastadas para demostrar su técnica con esos animales? Eso sí que sería promocionar la fiesta y darle la emoción de la que carece hoy en día. Y como El Juli todas las demás figuras de las que se presupone unas cualidades brutales para dominar todo tipo de toro. Reconozco que no soy partidario de El Juli básicamente porque no me emociona. Y a mí para que me guste algo de verdad me tiene que emocionar. Y punto. El Juli no me emociona cuando le corta las dos orejas a un garcigrande o a un cuvillo de esos dóciles hasta decir basta. Alomejor me emocionaría pudiéndole a un victorino, a un palha o a uno de Dolores Aguirre. Y como El Juli todas las demás figuras, aunque he de reconocer que un par de ellos sí que me emocionan aunque sea toreando una becerra. Pero ahí ya entramos en el terreno del arte y eso amigos es otro cantar. Como decía al principio de este post, el G10 se ha terminado. Todos sus miembros vuelven a gestionar sus destinos como lo hicieron hasta el comienzo de la pasada temporada. En este corto de año de vida del grupo, también es de justicia cantar sus logros. Por ejemplo, han conseguido con su fuerza que los toros vuelvan a Televisión Española (aunque sólo sea por una tarde), que la fiesta pase al Ministerio de Cultura (aunque en las últimas fechas ha vuelto al de Justicia momentáneamente), que se hayan costeado la mitad del precio de las entradas a jóvenes de menos de 30 años y poco más. Muy poco para el revuelo que han formado y los dolores de cabeza que han provocado a empresarios y televisión. Veremos a ver que pasa este año y si alguno no paga con creces las molestias causadas el pasado año. Y vuelvo a decir: la fiesta necesita de emoción y de figuras del toreo que se las vean con todo tipo de ganaderías, dóciles y duras. Sólo cuando puedan a un toro encastado y bravo podrán exigir. Y no vale con eso de que llenan las plazas porque no es verdad. Cuantos carteles de figuras este año se han quedado en medias entradas o tres cuartos. Aquí, y lo sabemos todos, los únicos que llenan son José Tomás, Manzanares y Morante, aunque estos dos últimos no siempre. A lo largo de la historia las figuras han matado todo tipo de ganaderías, las duras inclusive y gracias a ello la fiesta ha subsistido. A Manolete le mata un toro de Miura en un pueblo como Linares. Ese es el ejemplo que deben seguir muchos que se piensan que por ser figuras lo tienen todo ganado y pueden exigir lo que les venga en gana. Estas situaciones me aburren ya y es por ellos que desde hace unos años para acá soy mucho más torista que torerista. Si los aficionados no defendemos al toro no lo van a hacer las figuras, como ya podemos ver cada día en las plazas de toros. En fin, como dice el refrán, muerto el perro se acabó la rabia. El G10 ya es historia. Esperemos que todo vuelva a su cauce y que nadie vuelva a sacar los pies del tiesto, porque como se ha demostrado este año, alguien por ahí te los puede cortar. Y casi siempre es quien menos te lo esperas.







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