martes, 18 de octubre de 2011

Feria de El Pilar 2011. Talavante y Mora ganan. Padilla me parte el alma...

La Feria de El Pilar de este 2011 será recordada durante muchos años. Por cosas buenas y por otras no tan buenas. Entre lo destacado como positivo hay que nombrar a dos torerazos que han marcacado la feria para bién: Alejandro Talavante y David Mora. El extremeño estuvo enorme con un muy buen toro de Núñez del Cuvillo, de nombre "Esparraguero". Creativo, inspirado, templado, variado, con una mano izquierda prodigiosa. Como es habitual en él, pinchó una faena que era de dos orejas y rabo. Pasará el tiempo y seguiremos hablando de esa faena. No tengo duda. David Mora ha sido el otro torero del ciclo. Poderoso, valiente y decidido, metió en la muleta a un toro de Antonio Bañuelos que no tenía ni uno. La inceridumbre del toro la atajó David a base de tesón y entrega. Le robaron una segunda oreja justísima que le habría abierto la puerta grande. No importa. Es otra de las actuaciones que debe quedarse en las memorias. En cuanto al toro hay poco que decir. Exceptuando ese toro de Cuvillo que lidió Talavante, cuatro de Cuadri que se dejaron y dos de Bañuelos, poco más hay que se pueda salvar de la quema. Algunas corridas resultaron realmente infumables, como la de Prieto de la Cal y Ana Romero, que además de mostrar mansedumbre tuvieron peligro. Y otras como Alcurrucén, Cuvillo, Benjumea o Parladé, que habían estado dando juego en otras plazas aquí no acabaron de dar la talla. De entre los toreros modestos me gustó Javier Castaño por el temple que demostró, y Robleño y Alberto Aguilar por las narices que tienen al empeñarse sacar muletazos a auténticos mulos. Lo más gordo de este tipo de toreros es que pasa el tiempo y no se aburren de pelearse con fieras que son más de cama y hule que de triunfo. Olé por ellos. En el lado negativo de la feria hay que hablar de Juan José Padilla. Poco puedo decir que ya no se haya dicho o visto. Padilla se jugó la vida al querer banderillear a un toro que no era para lucirse y lo pagó con su sangre. Ese gesto de agradar al público del jerezano le honra y pone de manifiesto lo grande y honrado que ha sido siempre este torero. Tras la terrible cornada me temí lo peor. Me invadió el desánimo y las lágimas de Abellán en el callejón me terminaron de partir por la mitad, si es que no estaba ya lo suficientemente roto por dentro. En ese momento apagué la televisión y me fui. No quería ver nada más. Incluso renegué por unos instantes de la fiesta de los toros. Gracias a Dios Padilla sigue con nosotros. No tengo duda de que dentro de un tiempo, el cual se me antoja largo, le volveremos a ver delante de un toro. A Padilla le sobran arrestos para eso y para mucho más. Desde aquí mi admiración al "Ciclón de Jerez" por tantos años y tantas cornadas. Por esa sangre derramada tantas veces y por sus muslos cosidos a cornalones. Esta feria del 2011 será recordada por el ya famoso "Fuerza Padilla" que todos los taurinos le hemos gritado hasta quedarnos sin voz y sin lágrimas. Ojalá que pronto vuelvas a lo tuyo. Ojalá que pronto vuelvas a hacer feliz con tu alegría a todo aquel que te rodea. Ojalá que vuelvas a ser tú, Padilla. Personas como tú hacen falta en la fiesta y en la vida. ¡Fuerza Padilla!

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