martes, 11 de enero de 2011

Manolo Sánchez se corta la coleta...

Despuntaban los primeros años de la década de los 90. Yo, todavía muy niño, respiraba la afición a los toros en cada golpe de vista. La influencia del maestro Julio Robles, íntimo amigo de mi padre hasta los últimos dias de la vida del torero salmantino, fue el látigo implacable que marcó en mi piel la afición a los toros que me acompañaría ya para siempre durante toda mi vida. En esos primeros años 90, gracias a Televisión Española (que ahora reniega de la fiesta) y Canal Plus, pude vivir grandes tardes de toros. Mis primeras grandes tardes de toros con la conciencia ya plena de que lo que estaba viendo era un espectáculo sin igual. Recuerdo con el impacto de algo que no se olvida las puertas grandes de César Rincón en Las Ventas. Recuerdo a un gran Finito de Córdoba. A un Víctor Puerto en ascenso. La mano izquierda de José Ignacio Sánchez. Los triunfos de un olvidado ya Angel de la Rosa en novillero. Recuerdo a muchos más. Pero recuerdo sobre todo a Manolo Sánchez. Era un gran admirador de él. Recuerdo su elegancia, su mano izquierda, su temple, su torería, su pose... Todo eso lo ha seguido manteniendo a lo largo de estos veintitantos años. Por desgracia, a sus triunfos de novillero por todo el orbe taurino y en especial en Madrid no le siguió una muy exitosa carrera como matador. Sólo los dos o tres primeros años de alternativa pudo mantenerse en lo alto del escalafón. Poco a poco fue cayendo en el olvido y toreando cada vez menos. Como en el caso del maestro Juan Mora, ha sido un torero injustamente tratado por las empresas. Estas últimas tres temporadas había toreado algo más. Incluso había vuelto a estar bién en Madrid. Encabezaba muchos carteles en los que José Tomás era la estrella de la tarde. El diestro de Galapagar siempre se ha considerado admirador suyo. Desde sus inicios. Quizá por ello lo elegía para abrir sus carteles. Ahora anuncia que se retira de los ruedos cuando termine la temporada 2011. Veinte años de matador de toros. Desde aquí mi reconocimiento y admiración a Manolo. Por buen torero y buena persona. Valladolid ha tenido un gran torero, le pese a quien le pese. Y siempre ha sido uno de mis toreros preferidos, independientemente de que toreara más o menos. Le voy a echar de menos. Aún así, simpre me quedará el recuerdo de su mano izquierda, de su torería, de aquellas tardes en Madrid, de aquellos anhelos de un niño que queria ser como Manolo Sánchez cuando fuera mayor. Ojalá que todo te vaya bién en tu nueva vida fuera de los ruedos. Estoy seguro de que seguirás ligado a nuestra fiesta de alguna manera. Todavía nos queda este año para disfrutar de tu toreo. De tu toreo eterno.

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