viernes, 12 de octubre de 2012

El adiós de Cayetano...

La noticia nos sorprendía a todos el pasado domingo a eso de las siete de la tarde. Cayetano había hecho el paseíllo esa tarde en la plaza de toros de Hellín para matar una corrida de Las Ramblas con Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera. Pronto se comenzaron a ver cosas raras. La novia y varios amigos de juventud de Cayetano que normalmente no acuden a verle torear estaban esa tarde en Hellín. Todos visiblemente emocionados en todo momento. Cayetano brindó su primer toro a la cuadrilla y ya ahí hubo alguno que soltó alguna lágrima. Perera le brindó el quinto y el hijo de Paquirri brindó el sexto a su apoderado y familiar Curro Vázquez. En ese momento, las sospechas del público y de los críticos taurinos que allí se encontraban se vieron confirmadas. Cayetano decía adiós a la profesión al menos momentáneamente. Se dijo que quizás podía ser una retirada defintiva pero antes de que Cayetano abandonara la plaza rumbo al hotel, Curro Vázquez aclaraba que era una despedida por lo pronto temporal y no definitiva. La verdad es yo particulrmente me sorprendí cuando me enteré de la noticia en el mismo momento de haberse producido. Sobre todo porque Cayetano sólo llevaba como matador de toros seis temporadas -tomó la alternativa en Ronda de manos de su hermano Francisco Rivera Ordóñez "Paquirri" el 9 de septiembre de 2006 con una corrida de Zalduendo-. Cayetano, horas después de acabar la corrida de Hellín, mandó un comunicado a la prensa diciéndo los motivos de su adiós a los toros. Al parecer, quiere darse un respiro y dedicarse a otras cosas que tembién le ilusionan. La verdad es que, bajo mi modesta opinión, todo apunta a una pérdida o falta de afición por parte del torero. Y esto es opinión personal. Cayetano empezó tarde en el mundo del toro -con 28 años cumplidos-. Hasta ese momento no se había sentido atraído por la idea de ser torero. Entiendo que alomejor fue una decisión forzada por las circunstancias que le rodeaban o porque pudo ver en su nombre y en sus apellidos una forma fácil de ganar dinero. Con los recelos y las dudas propias de quien es "hijo de" y "nieto de", el aficionado midió mucho a Cayetano en sus primeros pasos como torero. Y en su favor hay que decir que sorprendió gratamente. La crítica en general empezó a alabarle y a cantar sus buenas maneras que a decir verdad las tenía. Poseía un corte fino y un concepto del toreo que por momentos recordaba a su abuelo, el maestro Antonio Ordóñez. Pero también tenía la raza y casta del padre, Paquirri, cuando se sobreponía de forma valerosa a una voltereta o cuando se iba a la puerta de toriles a recibir a su enemigo a portagayola. En sus inicios como matador de toros entró en el circuito de las grandes ferias compartiendo cartel con las figuras del toreo. En su primera actuación en Madrid gustó incluso al sector más crítico de la plaza. Se paseó por casi toda España haciendo gala de su buen toreo, sus formas elegantes y su clasicismo. A mí me gustaba por momentos. Veía en él cosas muy buenas pero habia otras que no me gustaban tanto, porque a pesar de sus buenas maneras delante de la cara del toro, en algunos detalles mínimos se le notaba que había empezado tarde en esto y que no lo había mamado en sus carnes desde pequeño. Cambios de muleta o pequeños movimientos tanto con capote como con muleta que no tenían las formas refinadas de quien es torero desde que le salen los dientes. Yo me entiendo. Los toros empezaron a darle leña -empezó a cobrar que se dice en el argot taurino-, resultando herido en varias ocasiones. Poco a poco, su apoderado Curro Vázquez, en su afán por protegerle, le fue quitando de las ferias importantes y de los carteles de responsabilidad con las figuras, hasta tal punto que en las últimas temporadas ha pisado pocos ruedos de primera categoría a excepción de Sevilla. Estos últimos años ha ido a los pueblos con corridas demasiado apañadas y cómodas. Yo en parte lo entiendo -porque los apellidos son los que son y se es hijo, nieto y sobrino de quien se es-, aunque no comparta esa actitud. Creo firmemente que el mundo del toro le ha dado mucho más a Cayetano estos años de lo que él le ha dado a la fiesta. Y creo que podría haber llegado más alto si hubiera tenido más ambición y no se hubiera dejado manipular tanto por Curro Vázquez. Se ha quedado a mitad de camino, por lo menos por ahora y  eso, en la mayoría de los casos responde a una clara falta de afición y ambición. Dicen los que le rodean que estaba harto de ir de pueblo en pueblo y de ver en el mal estado que está la fiesta. Puede ser. Lo que yo creo, y ya lo he dicho, es que ha habido falta de afición y de ambición y una cierta comodidad a partir del tercer año de matador de toros. Los toros le han pegado cornadas, sí, pero un torero sabe que eso es normal y el que pierde la ambición por eso es porque nunca la ha tenido. No creo que Cayetano se haya ido por las cornadas que le han dado los toros, porque de hecho siempre se ha repuesto a los percances y ha sacado en esos casos la casta del de Barbate. También se ha dicho estos días que se ha retirado porque tiene ahora la edad que tenía su padre cuando le mató el toro "Avispado" en Pozoblanco, y que su incursión en el mundo del toro habría sido un homenaje a Paquirri hasta cumplir la edad que tenía el diestro de Zahara de los Atunes cuando perdió la vida aquel lejano 26 de septiembre de 1984. Sea cual sea la causa, lo cierto es que Cayetano ha colgado el traje de torero al menos por el momento. A mí me ha quedado la sensación de que podría haber llegado mucho más lejos porque cualidades las ha tenido. Quizás las desarrolle en su plenitud en una próxima vuelta a los ruedos en un futuro próximo, aunque sinceramente no lo creo. Y es que no creo que Cayetano vaya a volver a los ruedos en plan profesional dentro de algún tiempo. Ha dicho y hecho lo que tenía que decir y hacer y con ese sabor de boca se quedará. Para él será dulce. Para el aficionado, agridulce -o al menos para mí-. En cualquier caso, a mi siempre me será grato ver a un torero en primera línea de la sociedad y las revistas de moda, o anunciando perfumes de reconocida fama y prestigio. Se va el torero pero queda el hombre. Y este hombre ha sido un torero. Esté donde esté y pise por donde pise.







































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