Hay varios, pero fundamentalmente
uno: la naturalidad. Desde que Pepe Luis y Morante son inseparables veo a este
más natural que nunca. Más suave, más liviano si cabe. Más como una brisa en
determinados momentos de sus
faenas. Morante ha ido poco a poco
abandonando lo barroco para hacer un toreo minimalista, si se me permite la
comparación con los géneros artísticos citados. Aprecio que Morante ahora no
abre tanto el compás con la muleta para hacer un toreo de piés en línea con los
hombros. Y todo ello sin dejar de dominar al toro en cada embestida,algo que
siempre ha hecho y que continúa haciendo.
Porque Morante domina. Claro que
domina. Y somete. Claro que somete. Ofrece siempre el pecho con una leve
inclinación de tronco, apenas perceptible, que le hace sentir que controla
desde arriba aquello que con su ímpetu normal pasa por abajo. Y los sigue
llevando largo, que no se nos olvide. Pepe Luis también ha influido en esto
puesto que si bien es cierto que el hijo del “Sócrates” no fue un torero
excesivamente dominador, ha inyectado en Morante el componente necesario que a
él le sobraba y que a José Antonio quizás le faltaba para que el dominio del de
La Puebla sea ahora un dominio fundamentalmente más natural y más bonito.
Si de algo adolecen los toreros
hoy en día -y lo digo con el máximo respeto y admiración que les tengo-, es
precisamente de naturalidad. De que aquello sea algo en lo que no haya estridencias
ni posturas forzadas. De que aquello fluya y sea parte de un todo donde la
suavidad se imponga a la fuerza bruta. Talavante y Paco Ureña son quizás otro ejemplo de
ello. Y es que el torero de Lorca cada vez ejecuta el toreo con más naturalidad
y belleza, sin dejar a un lado lo que como a Morante le ha caracterizado
siempre: la pureza.
Pepe Luis está influyendo en
Morante para bien. Quizás es lo que le faltaba al genio de La Puebla del Río
para ser todavía más completo de lo que ya es. Y es que con Pepe Luis cerca
hasta está toreando más despacio y más templado que nunca.
Dice un castizo refrán español que
“dime con quien andas y te diré quien eres”. Pues bien: Morante cada vez es más
Pepe Luis y Pepe Luis más Morante. La simbiosis perfecta. La simbiosis que cada
día nos hace disfrutar más a los que como yo nos consideramos morantistas
empedernidos. De todos es sabido que en el toreo dos más dos nunca suelen ser
cuatro. En este caso concreto, Morante más Pepe Luis siempre dará como
resultado el buen toreo. Siempre dará como resultado el número excelso y
redondo del buen toreo. Y en eso amigo, no hay duda posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario