Y es que en
esa misma línea de la autosuficiencia, pienso -utópicamente claro-, que todos
los estamentos taurinos deberían repartir sus honorarios en función del único y
exclusivo ingreso de la taquilla del festejo en cuestión. Y cuando hablo de
estamentos taurinos me refiero a todos: empresario, toreros y ganaderos. Tanto
los de arriba como los de abajo. Más o menos lo que viene siendo el moverse
según la oferta y la demanda.
No creo en
los cachés. Sí, en esos que se imponen muchos integrantes de este espectáculo.
Cachés desorbitados a los que pocas empresas pueden hacer frente sin que haya
pérdidas. Siempre he pensado que el dinero que ganan los toreros y los
ganaderos es poco comparado con el sacrificio constante de estar jugándote la
vida cada tarde o el estar cuatro años criando a un toro con todo el mimo del
mundo respectivamente. Pero la realidad es otra. La realidad es bien distinta y
hay que adecuarse a ella.
Por tanto no
me canso de repetir que se debería cobrar según lo que se genere. A más público
más dinero para los componentes del espectáculo. A menos público e interés meno
dineros para todos. Eso sí: como decían los toreros antiguos, que por otra
parte lo hacían y por tanto predicaban con el ejemplo, el último céntimo
siempre para el empresario, porque esto va a permitir que se puedan realizar en
el futuro más espectáculos taurinos en el mismo sitio o en otros. Si el que
monta todo este tinglado al final se queda tieso, malamente se va a poder hacer
nada en un futuro. Algo que por otra parte y por desgracia hemos visto muchas
veces.
Todo es tan
fácil como repartir el pastel en partes iguales y así todos tan contentos. O no
claro, según lo que haya en el tendido. Pero eso ya depende del ingenio del que
monte esto y del interés que generen tanto ganadería como toreros anunciados.
Entiendo que las figuras del toreo no quieran ir nada más que a sitios grandes.
Plazas grandes, pueblos grandes. Siempre lo han hecho. Y lo han hecho porque a
más gente más probabilidad de ganar más dinero. No pido con esto que esas
mismas figuras vayan a pueblos pequeños porque eso no va a ocurrir. Pido que
sigan yendo a esos pueblos medianamente grandes -que los hay y muchos-, porque
en gran parte en sus manos está salvar la Fiesta de la desaparición en muchos
sitios. Los grandes toreros de la historia han ido a esos pueblos. Y se notaba.
Si había que cobrar menos que en las plazas de relumbrón no pasaba nada. El fin
justificaba los medios.
Repito que
en estos tiempos tan críticos para la Tauromaquia no creo en los cachés
desorbitados e injustificados. Y repito también que toda esta parrafada forma
parte de mis sueños utópicos. No tienes por qué creerlo. Para el que aún así lo
siga dudando, he de decirle que cualquier parecido con la realidad es pura
coincidencia...
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