viernes, 25 de julio de 2014

Aroma a Romero

Vaya por delante mi profundo respeto al Faraón de Camas a pesar de que nunca haya sido currista. Lo siento de antemano. Así. De entrada. Jamás he logrado entender del todo el fanatismo de algunos aficionados por el mítico torero sevillano. ¿Que era un artista consumado? Por supuesto que sí. Eso es indiscutible. ¿Que se tapaba y tomaba excesivas precauciones cuando le venía en gana? También. Pero dejemos a Curro y centrémonos en su sobrino-nieto José Ruiz Muñoz, motivo central de mi artículo. Ayer, en la novillada retransmitida por Canal Plus desde Santander, fue la segunda vez que le vi actuar. La primera fue en su debut con picadores en la Maestranza de Sevilla el pasado 27 de abril. Cuidado. No nos aceleremos. Tanto en la primera como en la segunda actuación que le he visto, he podido atisbar ciertas cualidades importantes. Tiene una muy marcada personalidad. Y según muchos, desborda naturalidad. Cuidado. No nos aceleremos. ¿Que por qué digo esto? Pues por la sencilla razón de que ya hay quien le está comparando con su tío-abuelo. Y no sólo eso. Los hay que ya están magnificando al detalle todo lo que hace el chaval. Tanto para bien como para mal. Por ejemplo: ayer en Santander dio unas cuantas verónicas y medias con sabor. Buenas. Muy buenas quizá. Pero con las carencias de quien lleva un cuarto de hora en esto. Aun así, los vítores tanto en comentaristas como en redes sociales fueron abrumadores. José Garrido, por ejemplo, lo bordó con el capote en el quinto y apenas se le cantó. Por desgracia, Garrido -en mi opinión el mejor novillero del escalafón-, no tiene un familiar tan importante en el mundo taurino como Curro. Garrido, por suerte o por desgracia, tiene su capote, su espada y su muleta. Nada más. Con esto no quiero quitarle mérito a la buena actuación de José Ruiz Muñoz ayer. A mí me gustó y así lo reflejé en las redes sociales. Pero sólo eso: me gustó. Estuvo a la altura de sus dos novillos, los cuales por cierto fueron muy nobles y muy acordes a su toreo artista. Lo que no vi fue la quinta esencia del arte sobre el ruedo cántabro. Es más, estoy deseando verle con el novillo bravo de verdad. Con el exigente. Incluso con el malo. En el toreo hay una verdad indiscutible: el toro bravo y exigente descubre a los malos toreros. Y yo añadiría: y el malo y complicado también. Y es que el buen torero, el bueno de verdad, el de verdad de la buena, es aquel que se adapta a todo tipo de toro, puede a todo tipo de toro y está siempre por encima de todo tipo de toro. Así de simple. Llamarme aguafiestas. Es posible que lo sea. Pero yo a este chaval todavía no lo he visto ni con el bravo ni con el malo. Cuidado. No nos aceleremos. Demos al César lo que es del César. El sobrino-nieto de Curro Romero tiene buenas maneras. En ciertos momentos y salvando las distancias recuerda al Faraón. Tiene gusto y quiere hacer las cosas bien. Parece que tiene valor suficiente -por lo menos ante el novillo-. En lo que discrepo con muchos aficionados es en lo referente a la naturalidad. Yo, de momento, no le veo tan natural y sí algo forzado en sus posturas. Como intentando imitar el arte inimitable de Curro. Algo normal teniendo en cuenta lo verde que está y siendo quien es. Así las cosas, pongamos los pies en la tierra con este chaval. No lo sobrevaloremos por el simple hecho de ser familia del Faraón de Camas. No le metamos demasiados pájaros en la cabeza. Por favor: no hagamos de él un futuro muñeco roto. Que sea él mismo. Con su personalidad propia -sea cual sea- y no impostada. Imagino que ya tendrá él bastante presión y exigencia precisamente por ser quien es. No le impongamos nosotros más. Ojalá esas buenas maneras que se le adivinan cuajen y se convierta en figura del toreo algún día. Pero poco a poco y con paso firme. Pido desde estas líneas que los que están a su alrededor sean cautos. Y esa petición la hago extensible también a la prensa y a los aficionados: sean objetivos con el chaval. Denle jabón cuando se lo merezca y leña cuando esté mal. Sólo desde esos cimientos se construyen los grandes toreros...

miércoles, 16 de julio de 2014

Pamplona. San Fermín 2014...

Tras haber disfrutado por segundo año consecutivo a pié de calle de esa algarabía de fiesta, miedo y toros que es San Fermín, y con la sensación indescriptible y melancólica de seguir estando allí, me dispongo a hacer un resumen corto y emocional de las corridas de la feria. Este va a ser un catálogo de sensaciones. Las que han quedado en mí tarde tras tarde. Cortito y al pié. Pronto y en la mano, como diría el inolvidable Antoñete... Día 5: Novillada de El Parralejo: Extraordinaria. Gran dimensión de Borja Jiménez y Francisco José Espada. Pena lo de la mano de Posada de Maravillas. Día 6: Corrida de rejones: No la ví. No entiendo de caballos. Dicen que Pablo Hermoso de Mendoza lo bordó. Me lo creo porque lo han dicho los que saben de esto. Día 7: Corrida de toros de Torrestrella: Vacía de contenido. Decepcionó. Me encantó Miguel Abellán con el 5º. Día 8: Corrida de toros de Dolores Aguirre: Desazón. Mansedumbre. Decepción. Dos preciosas verónicas y una media de Paulita. Día 9: Corrida de toros de Victoriano del Río: Brava e importante. Gran toro el 5º de nombre "Español". Vuelta al ruedo. Rotundo Iván Fandiño. En figura. Muy capaz Juan del Álamo. Día 10: Corrida de toros de Garcigrande-Domingo Hernández: Decepción. Chispazos de Finito en el 4º. Poder y facilidad de "El Juli". Algunos naturales de Talavante. Día 11: Corrida de toros de Jandilla: El 2º encastado y con emoción. Poder absoluto (y pierna atrás) de Perera. Día 12: Corrida de toros de Fuente Ymbro: Floja y mansita. Baño de masas de Padilla. Solvencia de Pepe Moral con el 5º. Valor y riesgo de Fortes. Mucho. Sin medida. Día 13: Corrida de toros de Adolfo Martín: Petardo absoluto. El 1º encastado. Nada más que decir. Día 14: Corrida de toros de Miura: "Olivito" (6º): de la fiereza en el encierro a la nobleza absoluta en la corrida. Gran tarde de Luis Bolívar. Seguro y decidido. Tiró la moneda. Volveré el año que viene. Sin duda...

lunes, 14 de julio de 2014

Reflexiones de una Feria: Albacete 2014.

El pasado viernes se hicieron oficiales los carteles de la Feria de Albacete 2014. La UTE Taurino Manchega presentaba las combinaciones de ganaderías y toreros que coparán el protagonismo durante buena parte del próximo mes de septiembre en La Chata. Y como no podía ser menos, dicha presentación ha suscitado comentarios y opiniones de todo tipo. Positivos y negativos. Buenos y malos. Críticos y benévolos. Vamos, lo de siempre: nunca llueve a gusto de todos. Particularmente y sobre el papel, en mi opinión los carteles son de aprobado más bien justo. Me explico: sobran y faltan nombres. La continuidad del modelo que la UTE Taurino Manchega está llevando a cabo es positiva en muchos aspectos, pero cojea en otros tantos. Me vuelvo a explicar: a ellos, en su interior, también les siguen sobrando y faltando nombres. Pero como yo desgraciadamente no habito en las mentes de Luisma y Pablo Lozano ni mucho menos en la de los Manolos, me voy a ceñir -por mi bien y el de todos- a dar mi opinión estrictamente personal. Sin ofender. Con respeto, como dicen los buenos toreros. Con lo positivo y lo negativo. Con lo que entiendo y lo que no. Comenzaré por el protagonista del cotarro: el Toro. No entiendo la presencia de la ganadería de Buenavista en la novillada del día 9, y menos si cabe después de lo bravísima y encastada que resultó la de Pedrés el año pasado. Queramos o no, nos guste más o menos, eso la condenó. Tal torrente de fiereza cabó su propia tumba y la borró del mapa para este año. No voy a entrar en que tenían que haber traído tal o cual novillada. No. Sólo digo que Pedrés tenía que haber vuelto este año. Sí o sí. Continúo. Me chirría ver a Jandilla o Núñez del Cuvillo y no a El Puerto de San Lorenzo o Victoriano del Río. Sí, lo sé. La de Victoriano en Albacete el año pasado no dio el juego esperado. Pero tampoco lo dio la de Jandilla -que a excepción del buen 3º fue noblota sin más-, ni la de Alcurrucén y repiten este año. Misterios sin resolver. Por contra, creo que ha sido un acierto total la inclusión de la corrida de Victorino Martín tras dieciocho años de ausencia de la plaza de Albacete. Eso sí que es una corrida de tinte auténticamente torista y no otras como la de Samuel Flores que, con todos mis respetos hacia la divisa que pasta en tierras de Povedilla, nos intentó vender la empresa como tal el año pasado. Don Samuel hace mucho tiempo que camina por otros lares. Si el año pasado les critiqué por ello, este año no tengo por menos que felicitar a la empresa y darles la enhorabuena por su sensibilidad torista. En cuanto a la corrida de Juan Pedro y Parladé, me hubiera gustado ver anunciada dicha corrida íntegra con este último hierro. En contra de lo que piensa mucha gente, creo que todavía ambas ganaderías no son lo mismo. Dentro de unos años quizás sí. A día de hoy no. Todavía se pueden ver claramente los distintos criterios de selección de padre e hijo, aunque haga ya más de tres años que el primero no esté entre nosotros. Y a las pruebas me remito. El resto de presencias ganaderas que conforman la cartelería de la Feria me parecen justificadas con matices, habida cuenta de que Alcurrucén y El Cortijillo son de la empresa y tenían que estar sí o sí. Esto es así. Daniel Ruiz va una tarde. Estaba casi convencido de que este año iría a dos después de la apoteosis, el delirio y el manantial de bravura y toreabilidad del año pasado. Ea, nos conformaremos pues con una...Hasta ahí el toro. Cambio de tercio. En cuanto a los matadores, la historia es distinta y algo más enrevesada e incomprensible en algunos aspectos. En este sentido, la balanza se decanta hacia el lado negativo. Por ejemplo: no entiendo la presencia de Román en el cartel del día 8. La única razón que le encuentro al asunto es que haya sido un cambio de cromos entre Santiago López y la empresa. No tiene otra explicación. Y es que estas cosas suceden entre apoderados que a su vez son empresarios. Por donde no paso es por la explicación que ha dado la empresa sobre la presencia de Román: es novedad y revelación de la temporada. A lo cual yo digo: no es cierto. Y es injusto y malintencionado que nos lo quieran vender como tal. Al menos de momento. Puedo entender esa explicación ante la presencia de Pepe Moral tras su reciente triunfo en Sevilla. Pero lo de Román no hay por dónde cogerlo. Y más si pensamos en los toreros que se han quedado fuera y que a mí personalmente me hubiera gustado ver. ¿Ejemplos? Iván Fandiño, Jiménez Fortes, Paco Ureña, Diego Urdiales, Alberto Aguilar o Sergio Serrano. Con este último creo que se ha cometido una injusticia. Es peligroso para la Fiesta y para la feria de Albacete en particular no poner a uno de los toreros locales que más en forma está en estos momentos. ¡A cuántos toreros locales con proyección de muchos sitios se han cargado las empresas con esta actitud!. Esperemos que Sergio no se desanime ni le afecte tal contrariedad. Sobre la ausencia de Fandiño, Luisma Lozano dijo en la rueda de prensa de presentación de los carteles que había sido por limitación de fechas, ya que el 12 de septiembre mata seis toros en Guadalajara y el torero no quería ningún compromiso cercano a esa fecha. (Perera por ejemplo mata seis toros en Nimes el día 20 de septiembre y sin embargo va dos tardes a Albacete. La última el día 17). Hay quien dice que la verdad es que el torero no ha querido ir después del trato que recibió el año pasado por parte de la afición de Albacete. Otros dicen que la empresa ni le ha llamado ya que en la feria pasada no anduvo muy fino. Yo sólo puedo decir que hablé en el mes de octubre con su apoderado y me dijo que ya se le había pasado el enfado con la afición albaceteña y que seguro iba a volver a la Feria de Albacete en 2014. Otro misterio que sólo los implicados conocen a ciencia cierta. Lo que es irrefutable es que Iván Fandiño ha sido uno de los triunfadores de San Isidro y que debía haber estado en la Feria sí o sí. Por tanto, tremendo error. Tanto si ha sido decisión suya como si ha sido de la empresa. Otro aspecto a destacar de la Feria son los dobletes. Ahí lo tengo claro: el único que está justificado es el de Perera por méritos propios. Los de Talavante y Castella no hay por dónde cogerlos. Sin causa aparente, la empresa se ha ventilado de un plumazo dos puestos que podrían haber ocupado otros toreros con igual o mayor interés que estos. Claro que volvemos a lo mismo: Castella es el torero de la empresa y tenía que estar dos tardes. Tampoco me parece bien que ya se haya tomado como norma general el incluir una corrida mixta. Creo sinceramente que a poca gente le gusta este formato, puesto que el público de rejones suele ser uno y el del toreo a pié otro. Luego a mi parecer, rejoneadores por un lado y toreros por otro. Sobre las ausencias de Manzanares y Morante hay poco que decir. El primero lleva dos años sin querer venir y se tapa exigiendo unas condiciones -económicas y de carteles-, que se salen de lo normal. Yo en particular no le echaré de menos. Lo de Morante es otra cosa. Según la empresa no ha querido ni oír hablar de Albacete. Decisión respetable. Hay quien le echará de menos y quien no. A mí particularmente me hubiera gustado verle una tarde en la Feria. Morante is diferent, tanto para bien como para mal. El resto de matadores y novilleros presentes en el serial tienen, bajo mi punto de vista, justificación. Unos porque se lo han ganado. Otros con el matiz de que son mediáticos y supuestamente llenan (Padilla y El Fandi), cosa con lo que no estoy muy de acuerdo. Lo de Finito, como en el caso de Morante, es caso aparte. A unos les encantará que esté. A otros no le hubiera importado que no estuviera. Toreros especiales que a nadie dejan indiferente. Resumiendo y aclarando: me sobran Buenavista, Núñez del Cuvillo y Jandilla. Me faltan Pedrés, El Puerto de San Lorenzo y Victoriano del Río. Me sobran Román y los dobletes de Castella y Talavante. Me faltan Diego Urdiales, Paco Ureña, Jiménez Fortes, Alberto Aguilar y Sergio Serrano. Hasta aquí mi análisis particular de los carteles de la próxima Feria de Albacete. Esperemos que resulte exitosa tanto en el terreno ganadero como en el de los que se enfundarán cada tarde el chispeante. Y espero también que el público de Albacete sea serio y cabal -como un día muy lejano lo fue- y no se deje llevar por el triunfalismo barato que reinó el pasado año tarde tras tarde. Qué le voy a hacer. Es mi gran defecto: me encanta pedirle peras al olmo. Y no me cansaré nunca de pedirlas porque a día de hoy sigo convencido de que en esto, como en la vida misma, no todo vale.